Mientras que los matrimonios van a la baja, los divorcios ganan terreno, al igual que la unión libre como forma de convivencia entre las parejas poblanas. De acuerdo con especialistas, esta situación es consecuencia del derrumbe del tabú que pesaba sobre las personas que se separaban y las nuevas reglas sociales.
La última década ha sido decisiva. Las relaciones que no funcionan se terminan y no permanecen por la condena social o el miedo al qué dirán. Además, ya se piensa más que antes al iniciar un compromiso por miedo al fracaso.
Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla, consideró que antes se “veía mal” a las personas que se divorciaban, principalmente a las mujeres, mientras que ahora esta situación es más aceptada, lo que permite que muchas parejas decidan separarse.
Hernández Cervantes apuntó que no se debe generalizar, pues los divorcios siempre han existido; no obstante, actualmente hay menos tolerancia a permanecer en una relación que no funciona o no aporta al crecimiento de las personas.
El especialista consideró necesario que, antes de inclinarse por una separación, primero se agoten todas las instancias posibles, todas las negociaciones y diálogo, para tomar una buena decisión y no una basada en la falta de compromiso o de interés.
Por su parte, la doctora en Psicología Social de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla, Nora Hemi Campos Rivera, explicó que si bien no se puede determinar si los cambios generacionales son la razón principal del aumento de uniones libres y de divorcios, sí son un factor determinante.
Ante los cambios culturales y la forma de pensar, así como la posibilidad de crecer de manera profesional y académica, las personas tienden a cumplir primero esas metas antes de unirse en matrimonio.
Aunado a esto, comentó que se puede observar cómo las personas desean romper con ciertos estereotipos o patrones, como dedicar tiempo a encontrar a la persona correcta para vivir juntos o continuar en una relación que no funciona, con tal de cumplir con expectativas impuestas por la sociedad.
MATRIMONIOS EN 2020
En cuanto a registros matrimoniales, datos del Inegi indican que 2020 fue el más bajo de los últimos cuatro años, puesto que en 2016 se concretaron 18 mil 780 en la entidad poblana, en 2017 se reportaron 18 mil 776 y en 2018 fueron 17 mil 711.
Para 2019 se contrajeron 17 mil 149 nupcias, mientras que en 2020 se presentó una baja de 26%, con 12 mil 695 matrimonios, es decir, 4 mil 454 menos.
Ese año, Puebla tuvo una de las tasas más bajas a nivel nacional, con 2.9 por cada 100 mil habitantes, junto con Ciudad de México, que tuvo 1.7; Yucatán, con 1.9; Tabasco, con 2.5; Tlaxcala, con 2.8; y Baja California Sur, con 2.9.
PREFIERENLA UNIÓN LIBRE
En los últimos 10 años, el número de poblanos que optó por la unión libre creció 53%, debido a que en 2010 se tenían contabilizados 780 mil 234, mientras que en 2020 se registraron un millón 190 mil 561 relaciones de este tipo.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda desarrollado por Inegi, la mayoría de las uniones libres de poblanos durante 2020 tenían entre 25-29 años, con 18% (216 mil 993), seguido de aquellos entre 20-24 años, que representaron 14% (172 mil 497).
En el caso de los divorcios, aumentaron 49% en una década, al pasar de 40 mil 930 registros en 2010 a 60 mil 988 en 2020.
La mayoría de las personas divorciadas tenía entre 45-49 años con 16% (9 mil 539); seguidas de aquellas entre 50-54 años, con 15% (9 mil 74).