Mariana Flores / Édgar M. Hernández Luna
¿A quién se le va a olvidar?
A los contingentes militares no, porque desfilaron ayer en calles más solas que un patrullaje de madrugada de domingo.
A los músicos tampoco, porque las caretas dificultan el movimiento básico para que la banda suene: el paso del aire.
A chaluperas. antojeros y semifjos de feria, tampoco, porque este 2020 perdieron la mejor venta del año, en el corazón de la Angelópolis.
La noche del martes, el gobernador Miguel Barbosa salió al balcón del Palacio Municipal de Puebla capital, y convocó a conmemorar el inicio de la Independencia de México a todos, pero hablando fija y únicamente a la pantalla que, en frente, difundía en tiempo real.
Y 400 familias, frente a pantallas de tablets y teléfonos en la plataforma Zoom, 100 mil cuentas de Facebook y 5 mil usuarios de YouTube convergieron en el momento de pasar lista con “vivas” a los héroes de la patria.
Y a los que se arriesgan por otros en hospitales y clínicas, en la parte más sentida de la arenga del gobernador, bandera en mano, y con tañido de campana.
Sin público en físico, con audiencia en transmisión digital, transcurrió la ceremonia cívica de la noche del Grito.
La transmisión de video nocturna, antes del protocolo de honores a la bandera y pase de lista de los iniciadores del movimiento independentista, se caracterizó por presentar cápsulas de historia y cultura poblanas comentadas or el secretario estatal Sergio Vergara.
Después del pase de lista a héroes y poblaciones indígenas, hubo pirotecnia en el zócalo, música y video mapping proyectado en el costado norte de la Catedral.
Ayer, en la ceremonia cívica de desfile, el diputado Gabriel Biestro exhortó a dar nuevo sentido al sufrimiento pasado “que ha enlutado a nuestra patria”. Convocó a unidad, justicia y equidad.
Y pasaron revista ante los representantes de los tres Poderes del estado de Puebla las tropas de la XXV Zona Militar con armamento y personal a pie.
Elemento añadido al uniforme: el cubrebocas o la mascarilla transparente.