Un día igual a hoy de 1690 abrió sus puertas la Capilla del Rosario, ubicada en el interior de la iglesia de Santo Domingo.
Fue consagrada por el obispo Manuel Fernández de Santa Cruz y el dominico fray Diego de Gorospe. La construcción tardó 40 años y está decorada con yeserías cubiertas con hoja de oro, por ser un material incorrupto que refleja la luz.
Acompañando la decoración, esta representación del barroco en México tiene seis pinturas de José Rodríguez Carnero en donde se pueden observar los misterios gozosos del Rosario.