El mercado La Victoria, considerado la cuna de la cemita compuesta, pues aquí se vendía el pan de “suela” decorada con ajonjolí en la parte de arriba, fue inaugurado en 1913 por el gobernador Juan Carrasco, aunque la obra se concluyó en 1914 debido a la Revolución Mexicana.
Convertido de inicio en centro de abasto fue clausurado en 1986 y abierto en 1994 hasta convertirse en una plaza comercial.