En 1833, cuando Antonio López de Santa Anna tenía 39 años de edad, asumió por primera vez la Presidencia de México, puesto que ocupó en al menos seis ocasiones –otros cronistas cuentan hasta 11– durante los siguientes 22 años.
Durante su primer nombramiento en aquel cargo, muchos poblanos exsúbditos de la corona española lo recibieron con alegría entonando un Te Deum, antiguo himno cristiano cantado en actos solemnes, y el Congreso local lo declaró libertador del estado.