En una esquina del gran patio luce aún el primer elevador que fue instalado en Puebla: el del edificio construido en el siglo XVII –Juan de Palafox 219– con acabado de ladrillo barnizado y azulejo de talavera.
El derroche tecnológico se debe a Manuel Arronte, que en 1915 abrió al público el sitio como hotel, el más lujoso de ese tiempo, con el nombre que puede verse en la imagen en la parte más alta y central de la fachada.
Actualmente forma parte del patrimonio de la BUAP y está destinado a las actividades más relevantes de la Facultad de Filosofía y Letras.
Fotografía: cortesía Puebla viejita