El que empuña el bastón de mando se llama Sacremento Corzas. Está por terminar el siglo XIX y tiene reunida a su prole.
Es uno de los caciques más poderosos de Quecholac, asentamiento de los resilientes señoríos popolocas, hoy hecho municipio, situado entre Acatzingo y Palmar de Bravo.
En la fila de atrás, desde la izquierda, se encuentran Arcadio, Rodolfo, Juana Vázquez –esposa del patriarca–, Silviano y Delfino.
Sentados, en el mismo orden, posan María Félix y Amelia. Al otro lado del jefe de familia, Serafina y Ana María.
Delfino, sin corbata y con el botón más alto cerrado del saco, será padre de Delfina y ella, a su vez, tendrá un hijo, Héctor, con su esposo fotógrafo, Antonio Tenorio.
Pero en un arranque, Delfina incendiará todo el archivo de impresiones en papel fotográfico y rollos que dejó su marido.
Se rescatarán pocas imágenes. Una de ellas es esta, que atesora su nieto Gerardo Tenorio, quien ha tenido la generosidad de compartirla.