“Puebla es la oportunidad de tener un espacio para el bienestar de la población, en convivencia auténtica con la naturaleza”.
Eso le decía Amy Camacho Wardle, el 6 de febrero de 2011, a la revista Los Rostros, que la presentaba como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno estatal.
Un verdadero lujo en el gabinete recién formado por Rafael Moreno Valle, con quien la relación terminaría mal, muy mal, por malos tratos, que fueron públicos, del entonces gobernador.
Mujer ejemplar, empresaria, defensora del medio ambiente, directora del zoológico de Puebla, Amy mantuvo siempre intacta la dignidad y muy en alto la frente; tenaz y congruente.
No pocas veces fue candidateada para la alcaldía de Puebla, a la que hubiera llegado con los ojos cerrados.
Pero nunca escuchó el canto de las sirenas.
Su paso por el gobierno fue un accidente, que de ninguna manera la cambió.
Vivió y murió fiel a sus ideas: “Sueño con una Puebla que sea un importante referente a nivel mundial en materia ecológica”.
Ella sí hizo, siempre, la tarea.