Los hermanos José y Ángel Márquez Figueroa, dos maestros de la antigua Academia de Bellas Artes, en 1940 iniciaron su actividad artística en el Parián, un lugar histórico y colonial donde se impartía una clase de pintura al aire libre.
Ellos imaginaron que ese lugar podría ser un espacio para los jóvenes artistas donde podrían trabajar y desarrollar su obra, y lograron convencer a las autoridades para que les cedieran el lugar, dando paso para la creación del Barrio del Artista.