En tiempo prehispánico, fue el familiar designado para llevar comida a los agricultores; en la colonia, resultó un oficio para que se alimentaran indígenas y esclavos en exteriores de minas y construcción de haciendas. En el siglo XIX abastecía de canastas llenas a peones del ferrocarril y obreros de las fábricas y a veces era pagado por los patrones; otras, los trabajadores le juntaban una vaquita.
Fotografía: Cortesía “Metepec, el pueblo que se negó a morir”