Tres años después que Frida, el muralista falleció a las dos de la mañana de un día igual a hoy, de 1957.
Era domingo.
Flebitis y trombosis lo habían aquejado durante meses; hubo semanas que no pudo pintar por las molestias.
Murió en su estudio, en San Ángel, donde el cadáver fue vestido con un traje azul marino y colocado en su cama.
Ahí llegaron amigos, colegas y otros artistas.
Luego, los restos fueron trasladados al Palacio de Bellas Artes.
Foto: archivo Casa Azul