Ayer se cumplieron 22 años del sismo más lesivo para Puebla, de la época reciente.
Sí, Puebla volvió a levantarse, a reconstruirse, pero cambió para siempre después de esa sacudida.
El templo de San Agustín es literal muestra de ello.
Si bien fallecieron dos decenas de personas, muchas más volvieron a nacer de entre la tragedia.
Ante el poder de la naturaleza, hasta la piedra es frágil, pero el espíritu humano es inquebrantable.
Foto: Jesús Manuel Peña Fdez.