Diana López Silva
El número de fallecidos se calculó, entonces, en 500 porque sólo en la colonia La Aurora de Teziutlán fueron 100 y en las comunidades indígenas familias completas no alcanzaron a ser contabilizadas, en los 92 municipios afectados por la peor lluvia de la historia de Puebla.
Ocurrió entre el 4 y el 5 de octubre de 1999. Cayó tres veces y medio más agua de la torrencial de la temporada, como puede verse en la gráfica. La lluvia no paró entre el 1 y el 7.
Chocaron un frente frío y una tormeta tropical contra cerros erosionados por medio siglo sin reforestación, cese de siembras y cambios de uso de suelo sin plan.
El reporte oficial de Protección Civil nacional, en cambio, dice que hubo la mitad de fallecidos, 263. Y que los daños sumaron 2 mil 300 millones de pesos.
Los afectados: uno de cada tres habitantes del estado: un millón 475 mil 653 personas. En total había 4.9 millones.
Para cuando los gobierno estatal y federal reaccionaron, hubo que ubicar en albergues a 43 mil 611 personas, cifra que captó el Centro Universitario de Prevención de Desastres de la BUAP.
Porque la peor lluvia cayó durante 75 horas continuas, pero el mal tiempo demoró las tareas de salvamento, búsqueda y rescate durante diez días.
Y, luego, la reconstrucción. No podían regresar a casa miles de personas. Quienes no alcanzaban lugar con parientes y amigos iban a los albergues públicos.
Y todos necesitaban ayuda para comer porque las siembras, bodegas de alimentos y distribuidoras estaban igual de destruidas. Habían perdido sus viviendas unas diez mil familias y otras 6 mil 500 tenían averías de consideración en sus habitaciones.
El centro universitario explica en el documento “Las lluvias de octubre 1999” que durante 30 años el crecimiento de las poblaciones ocurrió con asentamientos irregulares en zonas de alto riesgo.