Decenas de poblanos acudieron a primera hora con sus mascotas al templo de San Antonio Abad para que recibieran la bendición correspondiente.
Perros, gatos, aves, roedores, iguanas y otros ejemplares acudieron al atrio de la iglesia, así como a las celebraciones eucarísticas para participar en esta tradición, cada 17 de enero.
Es el segundo año después de la pandemia por COVID-19 en que el sacerdote imparte el agua bendita de manera presencial.