Guadalupe Juárez
Vannia de 14 años y su hermano de año y medio de edad se quedaron solos cuando a su madre, Judith Abigail, a asesinaron en agosto de 2019.
Ellos son dos de los 279 niños, niñas y adolescentes, reconocidos de manera oficial, cuyas madres fueron víctimas de feminicidios en Puebla el año pasado, de acuerdo con el más reciente informe del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres).
Puebla ocupa el noveno lugar en menores que quedaron en orfandad por este delito y el sexto a nivel nacional por las 60 víctimas registradas por asesinatos de razón de género.
Especialistas estiman que hay un subregistro en el conteo de víctimas indirectas, ya que no son tomadas en cuenta en el proceso legal, ni mucho menos contabilizadas en una base de datos, porque son registradas en las carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía General del Estado.
Los olvidados por el Estado podrían ser más.
La cifra de 29 niños y adolescentes que quedaron en la orfandad, reconocida por las autoridades federales y entregada por cada FGE estatal, dista de la reconocida a inicio de 2020 a una solicitud de información en 2019: sólo había registro de un menor de edad huérfano por feminicidio a los 16 años de edad.
Esta omisión genera que no haya claridad de cuántos menores se encuentra en la indefensión tras la pérdida de sus madres. La disparidad de las cifras oficiales y el recuento de organizaciones civiles es el comienzo de la espiral de abandono.
En Puebla sólo 66.6% de los asesinatos violentos de mujeres fueron investigados como feminicidios; en 2019 hubo 12 sentencias por feminicidio. Se abrieron 58 carpetas de investigación.
Sin sentencia, el juez no calcula la reparación del daño a las víctimas indirectas y, entonces, de nuevo son olvidadas.
En el Registro Hemerográfico de Feminicidio Puebla, elaborado por la Dirección de Análisis de Violencia de Género Mediática y Digital del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla y el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación sobre los feminicidios ocurridos el año pasado, detectaron 28 casos de niños y adolescentes que son hijos de las víctimas de la ola feminicida que ocurre en la entidad.
En el estudio, se indica que el 60% de los menores que se encontraron tiene menos de nueve años de edad.
En una revisión de Crónica Puebla a los casos ocurridos el año pasado, se encontró que hubo 32 hijos de 14 víctimas de probables feminicidios, tres mayores de edad y tres que se desconoce su edad, 26 de ellos tenían menos de 18 años cuando quedaron huérfanos.
De éstos, 15% de los agresores fueron las propias parejas sentimentales de las víctimas y el resto no fue identificado.
LA AYUDA
La Comisión estatal de víctimas brindaría a los hijos de las mujeres víctimas de feminicidio u homicidio servicios integrales de atención temprana, además de servicios jurídicos, médicos y psicológicos especializados, educación gratuita y alimentación; y tendría actualizado un listado de quiénes son los menores, luego de un exhorto que emitió la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que así fuera en julio de 2020, al remarcar que en el Código Penal del estado no establecía la reparación del daño a hijos de las víctimas de feminicidios. A la fecha, nada se ha aplicado. Otros estados sí dan este auxilio.
A nivel nacional, apenas el 20 de julio Inmujeres presentó el Protocolo Nacional de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes en condición de Orfandad por Feminicidio para “garantizarles” el acceso a la justicia a través de la prestación de servicios diferenciados y especializados de ayuda inmediata, asistencia y atención.
Se desconoce de qué trata este protocolo, porque las dependencias federales no lo han hecho público hasta el momento.
En esa ocasión revelaron que, en el país, 26 entidades –incluida Puebla– hubo 796 casos de niñas, niños y adolescentes en condición de orfandad por feminicidio entre enero y diciembre de 2019.
Sin embargo, ninguna acción ha avanzado; hay niñas que inclusive viven con los padres del feminicida y las terapias que reciben por parte de dependencias estatales son espaciadas hasta de una sola vez al mes o inclusive ninguna hasta que alcanzan la mayoría de edad.