Claudia Espinoza
El economista e investigador de la Universidad Iberoamericana Puebla Miguel Ángel Corona Jiménez consideró que es tiempo de que se deje de ver el dinero de migrantes como proveedores de recursos para México.
“Las remesas no son propiedad pública; son de las familias de quienes las envían, aunque cuando entran a la circulación económica del país se vuelven parte importante del rubro macroeconómico”.
Comentó que se ha comenzado un análisis para determinar la razón por la que, en tres años, la cantidad de dinero que mandan los migrantes se ha elevado de forma significativa hasta volverse fuente de desarrollo económico para varias comunidades de la entidad.
Resaltó que estos recursos en su mayoría son invertidos por las familias en Puebla para su desarrollo y en algunos casos también permiten la generación de proyectos productivos.
Señaló que las condiciones favorables de la economía que genera el gobierno en turno pueden motivar la llegada de más remesas.
Otra opción es que, debido al aumento de redadas en Estados Unidos, los connacionales busquen opciones para asegurar su posible regreso.
Las mujeres emigrantes han aumentado y generado un cambio en la composición de las comunidades de las que salen, con descomposición familiar o escasez de población, dijo.
“Tenemos que visibilizar a los migrantes como personas, no solamente como agentes económicos que envían recursos”.
El Banco de México asienta que Puebla capital recibió más: 132 millones de dólares.
Después Tehuacán, con 56.1 millones de dólares, Atlixco, con 52.2 millones de dólares (2.3% menos); 38.3 millones de dólares para Izúcar y 24.3 millones de dólares para Texmelucan.