Ante la presunción de la existencia de túneles y vestigios en el subsuelo del zócalo de Puebla y de la Catedral, en opinión del exalcalde capitalino Luis Paredes Moctezuma, lo prudente es no hacer ningún tipo de excavación “porque no van a encontrar nada de valor cultural, si acaso meras referencias históricas, algunas incluso ya conocidas”.
Consideró también que las condiciones actuales tampoco son propicias para ejecutar estudios antropológicos –en los que, a su parecer, se afectaría el comercio y turismo en el primer cuadro– debido a la situación política y económica, agravadas por la pandemia de COVID-19.
Recordó que durante su gestión, hace casi 20 años, se descubrió la existencia de túneles al realizar excavaciones para la construcción de un estacionamiento concesionado, y que entonces se decidió cancelar la obra “pero sobre todo a sabiendas que intervendría el Instituto de Antropología e Historia (INAH), lo que en términos operativos nos haría la vida de cuadritos”.
“Sabíamos que se corría –como ahora– el riesgo de dejar al zócalo “patas arriba, y que al final de cuentas, lo que pudiera encontrarse no era tan valioso como lo que se perdería con una eventual intervención”, afirmó.
Por ello, sugirió que lo más prudente es esperar a otro mejor momento “en el que haya además mayor madurez por parte del INAH, así como más confianza en la institución, cuya actividad tiene muchos prejuicios”.
No obstante, reconoció la capacidad profesional de Sergio Vergara Berdejo, actual secretario de Cultura y quien apoya la idea de realizar nuevas indagaciones en el zócalo capitalino, “quien ha dedicado toda su vida a la arqueología”.
“Por supuesto que sabe más que yo, es un experto en la materia, y si cree que debe hacerse el proyecto exploratorio, hay que escucharlo”, enfatizó.
“Pero si me piden opinión como ciudadano, no creo que vayan a encontrar nada; lo mejor es taparlo, dejarlo perfectamente ubicado y registrado, y esperar que en algunos años, en un ambiente más propicio, y con una mentalidad más abierta por parte del INAH, se puedan hacer los trabajos necesarios”.
Reconoció que en algunas zonas de la ciudad existen otros túneles, como en una casona de la 6 Oriente, en la calle de San Clara, pero los propietarios de los inmuebles no los reportan por temor a la intervención de las autoridades.
Estimó que los túneles del zócalo pudieran tener varias conexiones, a la Catedral, el edificio Carolino de la BUAP, Santo Domingo, vestigios truncos, “sólo se aprecian pedazos y al no tener continuidad, carecen de valor cultural”.
“Son segmentos sumamente pequeños, con acabados muy recientes, o sea, tienen bóveda catalana, tienen algún aplanado que podría ser de cal o de estuco, y eso no se hacía en la época del virreinato”.
“Me parece que pudieron ser cámaras para ocultar o armas o algunas cosas valiosas durante alguna de las guerras del siglo XIX y principios del XX, o sea, la Reforma, la intervención francesa o la Revolución”, dedujo sin base científica ni histórica, “es una mera percepción, una opinión personal después de lo que pude constatar”.
El que fuera controvertido presidente municipal de Puebla de 2002 a 2005 recordó que cuando se hacía la obra del estacionamiento encontraron parte de los túneles y luego con el apoyo de una empresa de alta tecnología en ultrasonido se detectaron algunas cabeceras que salen de la Catedral hacia la calle 3 Oriente.
“Pensamos que si empezábamos a excavar y encontrábamos algo, de inmediato vendrían los antropólogos y nos iban a sellar la obra y eso se iba a quedar botado por años y dejaríamos la ciudad patas arriba, así que mejor ahí le dejamos”.
No avisó al entonces gobernador estatal Melquiades Morales, “manejamos el asunto con gran sigilo”, dijo.
Pudiste pedir apoyo al Presidente Vicente Fox, que era de tu partido…
Tampoco le dije nada, hablé con él algunas veces, pero no le reporté nada, porque sabía que la intervención del INAH lo iba a complicar todo. Ellos tienen un poder inusitado, mira cómo le fue a Moreno Valle con ellos, y eso no es asunto menor.
Pensamos que era imprudente meterse a hacer algo ahí. La alcaldesa Claudia Rivera corre el riesgo de dejar el zócalo bloqueado, la obra parada, y ya hasta le están reclamando las lajas, además que se está afectando a la ciudad, al comercio y al turismo.
A quien sí le confió el descubrimiento fue al entonces arzobispo Rosendo Huesca, “y lo hice ante la presunción de que hubiera alguna galería debajo de la catedral, a lo que me señaló que eso era improbable, porque habían enterrado ahí al exarzobispo Don Octaviano Márquez, y no vieron nada parecido”.
Cuestiona al Instituto de Antropología; señaló que parece estúpido que no haya permitido que el teleférico llegara al barrio del artista por presuntos daños a la Casa del Torno, porque eso podía repararse.
Ejemplificó que en Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, sus ciudades fueron devastadas y algunas, como Dresde, que es eminentemente histórica-cultural, fueron reconstruidas exactamente como eran.
“Entonces el patrimonio cultural, en esencia, se mantiene aunque las obras no sean exactamente las originales, y aquí hay una serie de perjuicios, que me parece que tendrán que ir superando los antropólogos”.
“Lo que deberíamos hacer es adaptar nuestras ciudades a los requerimientos de la vida moderna, a la vida contemporánea”, concluyó.