Diana López Silva
Se prevé que para el segundo trimestre del año los precios de los cárnicos sigan altos mientras los de las hortalizas empiecen a estabilizarse.
De acuerdo con Carlos Sosa Spínola, presidente del sector de Alimentos, Bebidas y Agroindustria de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), aunque la inflación en México va a la baja desde febrero y en marzo se ubicó en 6.85%, aún no se verán los efectos en la estabilización de los precios, por diferentes factores.
Comentó que la inflación comenzó a controlarse y se estima que este año sea de 10% en los alimentos, a diferencia de 2022, cuando, en términos reales, alcanzó 16%.
ACEITES, CAROS PERO ESTABLES
Hay factores internacionales, como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que siguen impactando en los precios de los granos y sus derivados.
“Todo lo que esté relacionado con granos sigue estando en una etapa de no normalizarse; la gran mayoría de granos, que son la base para los aceites comestibles, se importan. Hasta que ese conflicto no se normalice y con ello el flujo de mercancías y granos, el precio de los aceites no va a mejorar”, explicó Sosa Spínola.
Destacó que, al menos, el costo de los aceites no ha incrementado; “se han mantenido; eso es muy importante, porque tenían una escalada de 18 meses continuos y ahora ya hay una estabilidad; a precios altos, pero al menos una estabilidad”, dijo.
LA CARNE SEGUIRÁ CARA
Carlos Sosa indicó que donde se ha notado mayor impacto en precios y no se ha logrado la estabilidad es en los cárnicos: cerdo, res y pollo, principalmente.
Mencionó que, por lo regular, en Semana Santa se tiene un incremento natural en los precios del pollo y pescado y una disminución en el costo de la res; sin embargo este año no sucedió así.
Como ejemplo, comentó que el kilo de pechuga de pollo aplanaden se puede ver en la Central de Abasto con precios de 130 a 135 pesos, en el supermercado alcanza los 190 pesos y hay distribuidoras como Bachoco que ofrecen el kilo de pechuga a más de 85 pesos, cuando el año pasado estuvo entre 60 y 70 pesos en los mercados.
Explicó que los precios de la carne siguen elevados por dos factores principales, que son el costo del alimento de los animales y el precio de los combustibles para producir y transportar, a pesar de los programas y subsidios federales.
PRECIOS DE VERDURAS
Destacó que la buena noticia está en el sector de los vegetales, pues Puebla es fuerte en la producción de hortalizas, como brócoli, chayote y calabaza, lo que ayuda a mantener los precios controlados, a diferencia de los costos que se vieron durante la pandemia de COVID-19.
“Llegó a haber precios fuera de lugar. Hablamos de cajas de chayote, que normalmente pueden costar en la Central de Abasto 200 pesos, en 900 pesos”, recordó Carlos Sosa.
Explicó que controlar los precios de los productos del campo se estabiliza a las empresas que utilizan esos insumos para procesar.
Resaltó que Puebla actualmente es líder en producción de hortalizas, como zanahoria, calabaza, chayote, jitomate, tomate verde y brócoli, este último en el cual la entidad ha destacado recientemente como exportadora a Estados Unidos y Canadá para el mercado de la comida china en países de norteamerica.