Claudia Espinoza
En México, el 71.8% de los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 29 años presenta al menos una carencia social, ya sea rezago educativo, pobreza o falta de empleo.
Coahuila es el estado con mejores oportunidades para este sector, pues solo el 51.7% de los jóvenes se encuentra en esta situación; en Puebla, el porcentaje es del 83.3%.
De acuerdo con el estudio “Situación de los jóvenes y adolescentes de Puebla”, realizado por el Instituto Nacional de la Juventud, la carencia social con mayor prevalencia en la población adolescente y joven es el acceso a la seguridad social.
En promedio, a nivel nacional, seis de cada 10 adolescentes y jóvenes están privados de ejercer este derecho social.
En Puebla, el porcentaje de jóvenes sin seguridad social es del 74.2%.
Además, el 32.1% de los jóvenes en México no tiene acceso a los servicios de salud; en Puebla, la cifra es del 35.1%.
Con base en las proyecciones poblacionales 2016-2050 del Consejo Nacional de Población (Conapo), se estima que en México residen alrededor de 39.2 millones de adolescentes y jóvenes.
Puebla concentra al 5.5% de la población joven total del país.
En el estado, los jóvenes tienen una jornada laboral promedio de 40.7 horas a la semana, y el 65% percibe al menos un salario mínimo.
Empleo irregular
Carlos Alejandro Casillas es un joven de 26 años que trabaja en una pastelería para pagar sus estudios universitarios de arquitectura; sin embargo, considera que no cuenta con un buen empleo.
Pertenece al grupo de millones de jóvenes mexicanos de entre 15 y 29 años que no tienen un trabajo digno, es decir, un empleo que ofrezca las prestaciones enmarcadas en la Ley Federal del Trabajo, entre ellas la inscripción en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
“La verdad, nunca he tenido prestaciones y, al mismo tiempo, siento que los dueños de algunas empresas dicen: ‘No les tengo que dar seguro, no les digo nada sobre eso’. En los trabajos en los que he estado, nunca me han dicho ‘oye, esto del seguro o aquello no te lo puedo dar’; osea, simplemente se hacen de la vista gorda y no te dicen nada”, relató el estudiante.
Carlos considera que muchos empleadores no impulsan el crecimiento profesional de los jóvenes,, pues prefieren contratar a personas que no estudian para evitar problemas cuando sus empleados tienen que ir a la escuela.