Por: Guadalupe Juárez
A poco más de un mes de haber iniciado las campañas federales en todo el país, Puebla es uno de los 11 estados donde se concentra 72% de las víctimas de violencia política en México.
De acuerdo con el Cuarto Informe de Violencia Política en México 2021, de la consultora Etellekt, Puebla suma 18 casos, con lo que se ubica en el quinto lugar con más agresiones.
El estado más violento para aspirantes y candidatos a puestos de elección popular es Veracruz, con 45 víctimas, seguido de Guerrero con 23, y tanto Oaxaca como Michoacán con 20.
Después de Puebla, en sexto lugar se encuentra San Luis Potosí con 15 personas dedicadas a la política agredidas, Estado de México (14), Tabasco (14), Quintana Roo (12), Ciudad de México (11) y Guanajuato (10).
De dichos ataques en el país, 79 fueron homicidios dolosos, de los cuales 14 se concentran también en Veracruz.
En Puebla ocurrieron siete asesinatos, tres de ellos de servidores públicos sin militancia o aspiración política y cuatro eran personas dedicadas a la actividad política en partidos.
En el país hubo 443 víctimas, 79 de ellas mortales, un incremento de 64% en comparación con el proceso electoral de 2017-2018.
La consultora indica que al igual que en el proceso electoral de 2018, en el presente las amenazas fueron los principales instrumentos de violencia contra los candidatos.
¿El modus operandi? El envío de amenazas a través de redes sociales desde cuentas anónimas, a través de SMS o llamadas telefónicas desde líneas de prepago.
Las amenazas consisten en presionar a aspirantes o candidatos a renunciar a sus pretensiones o nominaciones ya obtenidas, con el amago de atentar contra su integridad o contra la de sus familias.
Otro tipo de violencia registrado en el país consiste en intimidación o maltrato físico a través de grupos de choque. Candidatos opositores a gobiernos en funciones o a partidos políticos que detentan poder o de colaboradores de los aspirantes.
Etellekt realiza un conteo de hechos violentos contra candidatos y funcionarios públicos en periodos de campaña.
“La violencia política representa no sólo un atentado a la democracia, compromete también a la independencia, autonomía e integridad de las futuras autoridades electas y designadas en muchas de estas localidades”, indica el reporte más reciente.