Lentejuelas, blusa bordada y fajilla, outfit para correr
La China Poblana Corre con Causa no solo hace carreras contra reloj para ayudar a los niños que padecen el Síndrome de West; también para mostrar sus raíces y su orgullo por Puebla; por eso, en lugar de usar indumentaria “normal” para el running, eligió el traje típico local hasta para maratones.
“Estoy orgullosa de ser poblana, porque corre por mis venas sangre de gente con hambre voraz de salir adelante, que nada la detiene y busca en el camino ayudar a los demás”.
“Pocos me conocen por mi nombre, soy Luisa Julieta Escobar Parra, pero algunos me reconocen como La China Poblana Corre con Causa, porque hago carreras con el traje que es apreciado con alegría”.
Equivale a llevar a Puebla encima, brillante. Y apoya a una fundación de niños que padecen epilepsia severa.
Doctoranda y docente, Luisa empezó a trotar hace casi seis años buscando lidiar con la realidad que la vida le presentaba: su hija fue diagnosticada con Síndrome de West, conocido como epilepsia severa.
La pequeña está recuperada.
Así que Luisa Julieta se dedica a competir vestida de lentejuelas para recaudar fondos a la fundación Camina Junto a mí y presumir la cultura de Puebla. Y es una corredora informada.
“Represento a los 217 municipios de mi estado, pensando en los más vulnerables que necesitan apoyo y una pizca de esperanza. Corro pensando en lo importante que es que en mi estado se hablan, aparte del español, 67 lenguas indígenas. Doy zancadas portando el traje para recordar que Puebla es el principal destino turístico sin playa de México, y que con sus nueve Pueblos Mágicos y sus tres sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la hacen perfecta para visitarla”.
“Corro con el corazón en la mano; llevo a Puebla y a mis seres queridos poblanos tatuados en mi alma. Es imposible no notar la cara de sorpresa cuando la gente descubre mi traje en medio de corredores con short y playera. Verme corriendo con faldón lentejuelado con blusa bordada y fajilla, y la tremenda sonrisa que me sale, impacta”.
La corredora respira hondo y grita para su ciudad: “¡Feliz día mi querida Puebla!
Por donde veas, Puebla es arte
Lo conocen en el ámbito de las artes plásticas como Fiebre. Rodolfo Armenta Ramírez, ahora de 36 años, se enganchó desde la secundaria con los murales de graffiti.
Le urgía terminar la preparatoria para ingresar al Instituto de Artes Visuales. Medio año en Ingeniería Gráfica, aunque solo duró medio año antes de cambiarse a Artes Plásticas, y ahí comenzó a practicar dibujo, pintura al óleo, acrílico, grabado y escultura.
Después de aprender las técnicas en resino, vaciados, silicón y aerografía, se involucró de lleno en el muralismo artístico y el arte figurativo participando en varios proyectos artísticos en la entidad y otros estados del país.
Uno de los más destacados fue el impulsado por el Colectivo Tomate en 2019 denominado “Puebla ciudad rural”, en el que 42 artistas y 150 voluntarios crearon 92 murales para transformar el paisaje social de la capital poblana.
“En Puebla hay muchos artistas de calidad, ha sido un semillero recientemente de artistas reconocidos incluso a nivel mundial, pero aún así hacen falta todavía más programas para incentivar y desarrollar a las nuevas generaciones no solo en pintura, sino en performance, instalación, fotografía y teatro”.
Para Fiebre, Puebla es todo arte. “Por donde veas, hay arte; en el centro histórico está en los edificios, los músicos en las esquinas, también muchas exposiciones”.
Para mí, Puebla es sinónimo de arte y es un orgullo personal haber nacido y crecido aquí; lo presento en mis creaciones.
Tradiciones, las favoritas
Rogelio Méndez López, de 39 años de edad, hace música con el organillo desde hace 15 años en la zona de Xonaca; heredó instrumento y costumbre de hace más de 60 años.
Su abuelo comenzó; luego, su papá.
Lamenta la pérdida de tradiciones y costumbres.
“Ya a la gente no le interesa mucho ni cultura ni tradiciones; prefiere la tecnología. A veces ya no digas dinero; ni la sonrisa te dan. Todo cambia”.
Pero el orgullo por su sitio, continúa. “Mi familia es poblana, mis hijos son poblanos y aquí hemos hecho lo que hasta ahorita somos, gente de bien, tratando de dar el mejor ejemplo posible”.
Rogelio carga el cajón de música y toca el repertorio de la Revolución y pide monedas a los automovilistas. Su bonito cilindrero muestra el uso correcto del cubrebocas.
De los Harmonipan clásicos de finales del siglo XIX solo tiene el nombre su organillo. Le gusta contar que 20 de estas cajas de música fueron regaladas por el gobierno alemán al presidente Porfirio Díaz y allí comenzó la música en las calles, con valses y piezas francesas y napolitanas.
Talento en cada avenida
Julio Lara, cantautor de 20 años de edad, ha tenido en las calles de Puebla su laboratorio. De ahí, a la disquera que lo considera gran promesa de éxito.
“Ser un músico urbano ha sido uno de los retos más difíciles que hasta el momento he tenido, un desafío con base en mis metas y sueños: llegar a ser un artista reconocido”.
Cree que sus paisanos son talentosos, visionarios. Comparte música con algunos que considera de altas aspiraciones y mucha materia prima para alcanzarlas. los que compartimos como artistas.
“Me llena de gratitud decir que en esta ciudad me formé y espero, tarde o temprano, presentarme ya consolidado”.
Sabores que se disfrutan
“El orgullo de ser poblano creo que está en su gente. Cuando te la pasas observando tanto tiempo como yo, ves muchas cosas y, para mí, el valor de la ciudad está en la forma de ser de las personas: cuando alguien ayuda a otro, aunque sea orientándolo para que dé con una dirección o cuando a alguien se le cae algo y otro se lo devuelve”, afirma Mauricio Molina, de 40 años.
“Muchos creen que los poblanos somos bien mamones o, como dicen, pipopes; pero creo que no todos, creo que como todo hay cosas buenas y malas, pero hemos demostrado que somos más que eso”.
El hombre del organillo tiene sus imágenes claras: “Si tuviéramos que representarnos, seríamos un chile en nogada o, ya menos fino, una cemita del estadio; es más bonito que te identifiquen por la comida que por ser mamón, además de que todos disfrutan de una rica cemita”.
Emblema, la catedral
Me gusta mi ciudad; aquí crecí y yo creo que aquí me voy a morir. Yo sé que muchos dicen que los poblanos somos muy pesados con eso de que nuestra ciudad es la mejor, pero es que tiene de todo: sus calles, sus edificios, mucho encanto que otras ciudades no hay”, afirma Ciro Porras.
Tras 62 años de vivir aquí, se siente orgulloso de ser poblano desde siempre.
“Creo que con el orgullo poblano se nace… porque luego conoces gente que vino de otro estado y te das cuenta que no es igual, no miran la ciudad como uno, a pesar de que llevan años, no tienen el mismo amor que uno que si nació aquí”.
La imagen que cree que causa emoción a quienes viven en Puebla es la Catedral o el zócalo. Los llenos de historia y belleza.
Espacios que inspiran arte y admiración
Coral Crespo, pintora artística, se siente orgullosa de vivir rodeada de la solidez del arte de Puebla.
Le gusta esta ciudad por conservadora, con belleza arquitectónica y riqueza cultural.
Es autora de “Lugar de encanto” una de las piezas de la muestra de 157 artistas para celebrar los 490 años de la fundación de la ciudad.
Su lugar de trabajo, el Barrio del Artista, hasta antes de la pandemia era lugar de paseo de turistas y recreo de locales que caminaban para mirar.
Histórico, bello y emblemático considera el entorno en que inició producción de arte, en 2007. No resiente el encierro impuesto para evitar contagio de coronavirus, dice, porque se retroalimenta y crea obra.
Unas vistas inigualables
Diseñador gráfico y artista plástico, Gustavo Cadena explica que Puebla tiene cultura que resalta a nivel mundial y que desde aquí, la vista de la iglesia de Los Remedios en lo alto de la pirámide de Cholula con el volcán Popocatépetl detrás, que llama la atención en el país y el extranjero, es cotidiana para quienes buscan un punto bueno para mirar.
Le gusta, además, la mezcla de elementos de las culturas prehispánicas con los de la de conquistadores españoles. Y la lleva como tema en sus obras.