El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no se arrepiente en absoluto de haber ordenado la retirada total de las tropas de Afganistán ni hizo una sola autocrítica al caos en el que se ha sumido el país, echando toda la culpa a sus aliados en Kabul por la victoria relámpago de los talibanes “mucho antes de los esperado”, dijo.
En un mensaje a la nación, un día después de la toma de Kabul y coincidiendo con escenas caóticas en el aeropuerto de la capital afgana, con miles de personas intentando subirse a los aviones, Biden culpó de la humillante derrota al ejército afgano, al que el Pentágono entrenó y armó en veinte años de presencia militar estadounidense en el país centroasiático.
“Los soldados estadounidenses no podían ni debían seguir luchando y muriendo en una guerra que los afganos no están dispuestos a librar”, dijo tras referirse a “la rendición” sin resistencia de las tropas afganas acantonadas en torno a Kabul y la huida precipitada del presidente Ashraf Ghani, tras la entrada de los islamistas en la capital el domingo.
Biden, quien tuvo que interrumpir sus vacaciones ante la gravedad de la crisis y las críticas de los republicanos, aseguró que ante él sólo había dos opciones: seguir el acuerdo firmado en febrero de 2020 por el anterior mandatario, Donald Trump, con los talibanes -básicamente, la retirada de EU de Afganistán en 14 meses- “o escalar en el conflicto”.
Pero, como reiteró visiblemente molesto, “si las fuerzas afganas no iban a luchar, permanecer un año o más no iba a significar nada”. (La Crónica de Hoy)