La inflación en Estados Unidos subió en noviembre hasta el 6.8 por ciento interanual -seis décimas por encima de la de octubre-, lo que supone el registro más alto de los precios de consumo en el país en casi 40 años.
Esto, además, redobla la presión sobre la Reserva Federal para que tome medidas para contener esta acusada subida de precios.
Este 6.8 por ciento de inflación anualizado es el dato que se obtiene al comparar la inflación de octubre, que fue del 0.8 por ciento, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EU, con la del mismo mes del año anterior.
El dato publicado este viernes representa la cifra de inflación interanual más alta desde junio de 1982, a finales del gran período inflacionario de la década de los 70 en EU, que se produjo a causa del aumento desbocado de los precios del petróleo.
El dato de noviembre se situó incluso por encima de las predicciones de la mayoría de los analistas, que esperaban una tasa superior al 6 por ciento pero sin llegar a rozar el 7 por ciento, como ha sido el caso.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en octubre fue del 0.5 por ciento -una décima menos-, con una tasa anual del 4.9 por ciento.
Por su parte, los precios de la energía subieron en octubre un 3.5 por ciento y los de los alimentos subieron un 0.7 por ciento, según el informe del gobierno.
Además, los precios que pagan los consumidores por la gasolina aumentaron un 6.1 por ciento el mes pasado y han subido un preocupante 58.1 por ciento en un año.
PRESIÓN PARA LA FED
El dato de este viernes añade presión a la Reserva Federal (Fed), equivalente a un bsanco central, que tiene un doble mandato de fomentar el pleno empleo y lograr estabilidad de precios.
Una inflación disparada como la que refleja el dato conocido este viernes podría llevar a los responsables de la Fed a acelerar el ritmo o la cuantía de la retirada de los estímulos implantados durante 2020 a raíz de la pandemia.
«La elevada inflación que vive EU tiene dos responsables fundamentales: la política de estímulos financieros implementada durante el pasado año y medio para dar respuesta a la crisis de la COVID-19 y la escasez de mano de obra», dijo a Efe el profesor de Economía de la Universidad de Duke Connel Fullenkamp.
A juicio de Fullenkamp, la elevada inflación no bajará hasta que no pasen los efectos de las políticas de estímulo y todos los trabajadores que durante los últimos meses han abandonado el mercado laboral vuelvan a buscar empleo.
PRIMERAS Y PRÓXIMAS MEDIDAS
En noviembre, la Fed dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre 0 por ciento y 0.25 por ciento y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en 15 mil millones de dólares al mes.
Durante las últimas semanas, varios medios financieros de EE.UU han especulado con la posibilidad de que después de su reunión de esta próxima semana, los días 14 y 15 de diciembre, el banco central estadunidense anuncie que duplica la cuantía de la rebaja de estas inyecciones de liquidez.
De esta manera, la Fed pasaría a retirar 30 mil millones al mes desde los 15 mil actuales; sin embargo, el organismo aún no ha dicho nada sobre qué piensa hacer.
En cualquier caso, a medio plazo, el objetivo del banco central es ir reduciendo progresivamente el volumen de compras mensuales de bonos -fijado en 120 mil millones de dólares a lo largo de la crisis- hasta acabar completamente en algún momento de 2022, y entonces proceder a una subida de los tipos de interés. (AGENCIA EFE)