El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional de Ecuador advirtió este lunes que la actividad del volcán Cotopaxi, unos 45 kilómetros al sur de Quito, puede decaer en los próximos días, aunque remarcó que mantendrá una vigilancia estrecha del coloso que sostiene un pulso eruptivo desde octubre pasado.
El IG, en un informe especial sobre la actividad reciente del Cotopaxi, señaló que el proceso actual se ha mantenido por más de siete meses, lo cual es mayor a otro episodio registrado en 2015, cuando duró cuatro meses.
El actual proceso se ha caracterizado por una importante actividad interna y superficial, especialmente por la emisión de frecuentes bocanadas de gases y ceniza que ha caído en zonas aledañas al coloso, sobre todo en los municipios vecinos de Mejía (al norte) y Latacunga (al sur), añadió el IG.
«Entre los meses de marzo, abril y lo que va de mayo se han contabilizado 13, 18 y 9 emisiones, respectivamente, con alturas máximas de 2.600 metros sobre el nivel de la cumbre y que han generado caídas de ceniza esporádicas en los cantones de Latacunga y Mejía, pero principalmente dentro del Parque Nacional Cotopaxi», precisó.
El Instituto aclaró que la evolución de la actividad a medio plazo «es incierta», aunque consideró que el escenario más probable sugiere que las emisiones de ceniza «sean cada vez menos frecuentes, menos energéticas y que en forma general la intensidad de la erupción siga disminuyendo progresivamente».
No obstante, recalcó sobre la importancia de mantener activo el sistema de vigilancia y continuar con las tareas de prevención, debido a la posibilidad de que cambien los parámetros de medición y se note una mayor actividad.
De momento, insistió en que el escenario «más probable» es que el actual proceso eruptivo del Cotopaxi se mantenga en un nivel «moderado con una tendencia sin cambios, y pudiera continuar con un descenso gradual de la actividad».
En este caso, se podrían esperar esporádicas columnas de gases y ceniza de hasta 2 kilómetros de altitud y la consecuente caída del material en zonas del entorno.
INCREMENTO POCO PROBABLE
Un escenario «menos probable» es que el proceso eruptivo del coloso registre un «nuevo aumento gradual de la actividad», con columnas eruptivas de entre 2 y 4 kilómetros de altitud y caída de ceniza en la provincia de Cotopaxi, donde se yergue el coloso, y en la vecina de Pichincha, cuya capital es Quito.
En este caso, se podrían registrar pequeños «lahares» o aludes por la removilización (por efecto de las lluvias) de la ceniza depositada en la zona de la cumbre.
El IG también tiene en sus pronósticos la posibilidad de un escenario «muy poco probable» si se detectara un «aumento rápido y significativo de la actividad interna y superficial del volcán», con columnas eruptivas de hasta 8 kilómetros sobre la cumbre, lo que podría generar la caída de ceniza a nivel nacional.
En ese caso también podrían detectarse «flujos piroclásticos» (rocas candentes) y «lahares primarios por el derretimiento parcial del glaciar», similar a una actividad histórica de 1877.
El Cotopaxi, de 5.897 metros sobre el nivel del mar, es la segunda montaña más alta de Ecuador y se ubica en la llamada «Avenida de los volcanes», dibujada por las dos cordilleras andinas que atraviesan el país de sur a norte.
Con información de EFE