El Papa Francisco ha emitido una disculpa tras la controversia generada por sus recientes comentarios en una reunión privada con obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), donde empleó un término peyorativo para referirse a la homosexualidad. La Oficina de Prensa del Vaticano ha publicado una declaración en la que el pontífice expresa su arrepentimiento por cualquier ofensa causada.
Durante la discusión sobre la admisión de candidatos homosexuales a los seminarios, el Papa utilizó una palabra despectiva, – frocciagine (mariconería)- que, según informes, provocó risas incrédulas entre los presentes. Aunque la intención del Papa no era ofender, su elección de palabras ha sido ampliamente criticada, llevándolo a aclarar su posición y a disculparse con aquellos que pudieron sentirse agraviados por sus comentarios.
«El Papa Francisco nunca tuvo la intención de expresarse en términos homófobos y lamenta profundamente el malestar causado», afirmó la declaración del Vaticano. Además, se reiteró el mensaje de inclusión del Papa: “¡En la Iglesia hay lugar para todos, para todos! Nadie es inútil, nadie sobra, hay sitio para todos. Tal como somos, todos nosotros».
A pesar de su mensaje de bienvenida, el Papa Francisco también reafirmó la postura de la Iglesia, que no admite a hombres homosexuales en el seminario y las órdenes sagradas si practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay, una política establecida durante el pontificado de Benedicto XVI y confirmada bajo el liderazgo de Francisco.
Esta no es la primera vez que el Papa ha tenido que disculparse públicamente. Recordó un incidente en 2020 cuando reprendió a una mujer en la Plaza de San Pedro, por lo que posteriormente pidió perdón por su reacción.
El Papa Francisco ha sido una figura de la moderación y la apertura en muchos aspectos de su pontificado, intentando a menudo tender puentes con comunidades y grupos tradicionalmente marginados por la Iglesia. Sin embargo, sus recientes comentarios han recordado las complejidades y los desafíos de mantener un equilibrio entre la doctrina tradicional y la sensibilidad moderna.