Una bodega ubicada en la comunidad de Torjia, perteneciente al municipio de Cuautinchán que fue clausurada el pasado 18 de mayo por manejar desechos de Covid-19, continúa operando pese a las denuncias de los vecinos.
Los habitantes del lugar denunciaron a medios locales que la bodega de la empresa Sepsa ha operado de manera irresponsable desde hace más de 11 años.
Además por la contingencia sanitaria empezaron a manejar residuos tóxico-infecciosos que pueden propagar el coronavirus.
No obstante, el representante de Sepsa, Guillermo Lozano rechazó que la bodega opere de manera clandestina, pues luego de las revisiones hechas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señalaron que sólo presentaba una sobre saturación que debía resolver en un plazo de 6 semanas trasladando los desechos a las Ciudad de México para su incineración.
Sin embargo, los habitantes acusan que el lugar se encuentra en condiciones insalubres con los desechos expuestos y el riesgo latente entre los vecinos que temen por su salud y la de sus animales, por lo que hicieron un llamado a las autoridades a tomar cartas en el asunto.