La construcción de ocho lados, erigida en la época virreinal como imitación de la Torre de Oro de Sevilla, muestra en esta imagen de principios del siglo XX su remate sin el reloj que ahora la distingue.
El sitio fue utilizado como mirador de vigilancia y también para asestar castigo público infamante a personas indígenas, que eran exhibidas en la plaza principal.
Desde entonces ya se le conocía como “El rollo”
Foto: cortesía
Francisco Jiménez Villa