Jesús Peña
“El reino del terror”. Así se refiere a la Normal Rural Carmen Serdán, en el municipio de Teteles de Ávila Castillo, una de las chicas que tuvo que huir –literal– de vejaciones y amenazas.
Su testimonio ejemplifica lo expuesto por el gobierno del estado de Puebla: las integrantes del Consejo Estudiantil acaparan recursos y someten al resto de las alumnas: primero, para provocar que deserten; después, para que sean la carne de cañón de protestas recurrentes y delitos.
Estefanía compartió a Crónica Puebla su vivencia.
Desde niña quiso ser profesora. Su única posibilidad de estudiar para ello quedaba a ocho municipios de distancia por falta de recursos.
Dentro del plantel, la regla fue obedecer sin cuestionar a las dirigentes del Consejo y contra ellas nadie puede: director y profesores están sometidos; si incumplen con las exigencias de las lideresas, reciben agresiones, acusaciones en falso y son destituidos, asegura.
Pero si actúan en complicidad con ellas, pueden ejercer acoso sexual con impunidad: las denuncias nunca llegan a las autoridades de Educación y las víctimas son amenazadas y obligadas a doblegarse y guardar silencio, cuenta.
Al ingresar al plantel, las consejeras ordenaron despojarla de todas su pertenencias, que no eran muchas: ropa, útiles, despertador, zapatos, jabón, champú. Desde ese momento, dependió de las decisiones de aquéllas y fue obligada a obtener dinero para acceder a lo básico.
Trabajó más de 10 horas diarias en siembra, desyerbe y cosecha de las parcelas, hizo turnos en la “tienda” escolar, hizo “guardias” noches enteras.
A la fuerza, fue a mítines y también estuvo a media carretera obligada a ocupar autobuses secuestrados y saquear mercancía de transporte.
Las jornadas obligadas le dejaron a Estefanía poco tiempo y ninguna energía para asistir a clases y hacer tareas.
Su familia sabía lo que ella podía decir por teléfono, vigilada por alguna de las alumnas encargadas de gritarle y golpearla si se atrevía a contar la verdad: que estaba bien y que necesitaba dinero para completar gastos. Le estaba prohibido salir de la escuela.
Un día, muchachos mayores llegaron con dos autobuses de distintas líneas: bajaron a los pasajeros, sometieron a los choferes y esa fue su primera expedición fuera del plantel para estar en una manifestación.
El hacinamiento es real, explica. Hasta tuvo que compartir cama mientras las lideresas viven en cuartos individuales que deberían ser compartidos, tienen televisión e internet con router.
Estefanía recibió su beca rasurada, ropa y comida sólo cuando las consejeras la creyeron merecedora, por obediencia. Comió alimentos caducados desde el primer día, por orden de ellas.
Y vio cómo las dirigentes usaban tenis de cuatro mil pesos el par, ropa de línea y celulares de moda.
Una noche, las compañeras de habitación de Estefanía se hartaron y quisieron denunciar al exterior.
En la madrugada del siguiente día, fueron atacadas. Aunque con literas y palos trabados aseguraron la puerta, las agresoras, por decenas, estuvieron a punto de quitar la puerta.
Fueron asediadas por 24 horas completas.
Salieron en un momento en que se vieron sin vigilancia y fueron a las aulas. Al regresar, hallaron la puerta cerrada y en la calle estaban, desperdigadas, desde sus plumas hasta la ropa interior.
La madrugada sorprendió a Estefanía fuera del plantel, con seis prendas en la mano, sin modo de cubrirse del frío.
Una profesora le dio refugio mientras recuperaba sus documentos.
Sorprendida en esta acción, la docente fue amenazada por las consejeras.
Antes de dejar la Normal Rural Carmen Serdán, Estefanía fue nuevamente amenazada para que no revelara lo que pasa detrás de los muros.
Esta es la primera vez que cuenta lo que ocurrió, a ocho municipios de distancia de su familia, privada de la libertad, forzada a trabajo agobiante, a formar parte de un contingente desaforado y dormir con frío y miedo en “el reino del terror”.
DELITOS
El gobierno estatal documentó que las lideresas:
- Someten al resto a trabajo forzado que las lesiona
- Privan de la libertad y roban todo a las nuevas
- Se quedan con el dinero que el gobierno destina a todas las estudiantes
- Movilizan a menores a paros y saqueos apoyadas por hombres armados