Bombín hasta la coronilla: mujer boliviana, de Cochabamba. Decenas de familias tienen difunto en casa hasta siete días porque están rebasados panteones y crematorios por la pandemia.
Maloliente, al amortajado le arriman hielo; abrazar o besar el cuerpo está prohibidísimo. Al lado de estas líneas, el Cristo Redentor de Brasil es iluminado en honor de los 60 mil fallecidos.
Abajo a la derecha, montón de coches en Miami para hacer prueba de diagnóstico y los voluntarios de Los Ángeles no tocan las muestras con la mano. En la columna (izq.), NYork con muestras de repudio al racismo.