Una crisis política y de gobernabilidad sacude a Nuevo León, que este sábado amaneció con dos gobernadores, luego de que Samuel García decidiera mantenerse en el cargo tras declinar como aspirante presidencial por Movimiento Ciudadano, y el exvicefiscal Luis Enrique Orozco asumiera como gobernador interino, elegido por el Congreso Local y respaldado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
García emitió este sábado un acuerdo donde hizo oficial que no participará como precandidato presidencial por el Movimiento Ciudadano y reiteró que regresó a sus funciones como gobernador. Además, aseguró que notificará al Congreso Estatal que retomará el cargo.
García tenía previsto tomar licencia como precandidato a la presidencia a partir del primer minuto de este sábado, y dejar como interino a su secretario de Gobierno, Javier Navarro, pero el Tribunal Electoral Federal falló en su contra al argumentar que la designación correspondía al Poder Legislativo de Nuevo León.
A pesar del espaldarazo del Congreso Local y la Suprema Corte de Justicia, Orozco no pudo efectuar actos oficiales en el Palacio de Gobierno de Nuevo León, ya que el recinto permanecía cerrado y ningún secretario estaba presente. El exvicefiscal dijo a la prensa local que se mantiene firme en el cargo de gobernador interino, tal como lo ordenó el Máximo Tribunal del país.
Pero el regreso de García como gobernador constitucional tendría que ser aprobado por el Poder Legislativo.
Ayer por la tarde, Samuel García anunció que buscará la presidencia en 2030.