Las primeras investigaciones sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se fundaron en asentar mentiras de la entonces Procuraduría General de la República del gobierno de Enrique Peña Nieto que utilizó la tortura física y sicológica para recrear hechos que no corresponden a lo que ocurrió realmente el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Omar Gómez Trejo, titular de a Unidad de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa de la Fiscalía General de la República, reiteró en un informe dado al presidente Andrés Manuel López Obrador, el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, y el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, que uno de los lugares más emblemáticos donde han hallado evidencia para conocer dónde pudieron quedar restos de los 43 normalistas es en La Barranca de La Carnicería, en el ejido Cocula, Guerrero.
«Uno de los lugares donde más hemos encontrado evidencias es en La Barranca de La Carnicería, en el ejido Cocula, en el que en ocho mil metros lineales hemos encontrado 180 restos óseos, de los cuales se seleccionaron 22, para ser trasladados a la Universidad de Innsbruck (Austria), y que como resultado dieron identificaciones plenas e indubitables de Cristian Rodríguez Telumbre y Yoshivany Guerrero de la Cruz, que no presentan huellas de exposición al fuego, sino por haber estado siete años a la intemperie.
Esto no sólo desvirtúa que todos fueron quemados en el basurero de Cocula, sino que pone de relieve de quienes operaron la verdad histórica», enfatizó Gómez Trejo, quien señaló que las autoridades de la PGR cometieron tortura y obtuvieron con mentiras pruebas para construir la llamada «verdad histórica». (La Crónica de Hoy)