Al pie de la letra
Rodolfo Rivera Pacheco
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La visita a Puebla de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, este fin de semana, pareciera confirmar una cosa: la física y doctora en Ingeniería Energética es ya la candidata de Morena a la Presidencia de la República.
Su encuentro con casi 20 mil simpatizantes y miembros de Morena es el espaldarazo para que ella sea la abanderada del partido del presidente López Obrador y por ende, su sucesora.
¿Así de simple y así de claro?
Yo creo que hay que hacer algunos comentarios al respecto.
Como ya hemos comentado aquí mismo, la cargada a favor de la Sheinbaum es evidente por parte del gobierno federal.
De las mentadas “corcholatas” destapadas por el presidente, al menos en los últimos tres o cuatro meses, la gobernante de la Ciudad de México es quien ha tenido más proyección, apoyo y eventos en todo el país.
No cabe duda que es la favorita de López Obrador. Y aunque muchos pudieran decir que “falta ver lo que dice la militancia”, todo sabemos que en Morena se hará lo que diga el presidente, de una u otra manera, con encuestas oficiales o con clara preferencia por parte del huésped de Palacio Nacional.
Quiero ver a personajes relevantes de Morena llevarle la contra al presidente.
La verdad no creo que eso ocurra.
Pero una cosa es lo que muchos desean y otra cosa es lo que ocurre (sigo insistiendo que los análisis se deben realizar en base a datos y elementos obtenidos de lo que ocurre, no de lo que deseo que ocurra… el primero es el análisis fiel al objeto-realidad y se llama objetividad; el segundo en base a lo que yo como sujeto quisiera que pasara y se llama subjetividad…).
Y es que también falta ver qué pasará con los otros aspirantes de Morena y aliados a la candidatura presidencial.
Las otras “corcholatas”.
Creo que el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, solo fue “subido” al tren de los “tapados” para “jalar marca” y al final declinará abiertamente por Claudia Sheinbaum. Todo se lo debe al presidente y a él obedecerá en todo momento. El caso de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal es diferente.
Ebrard ya se ha sacrificado por el proyecto de López Obrador y con toda justicia reclamaría en esta ocasión para él la candidatura presidencial. “Que se espere esta vez Claudia, como yo me esperé en 2012 y 2018”, podría ser su expresión, que no tengo idea si se la llegue a decir al presidente.
Habrá que esperar su reacción y decisión si no es el candidato una vez más. ¿Se quedará tranquilo y aceptará de buena manera ser comparsa de Sheinbaum? No lo sé. En serio, es una duda que muchos tenemos.
Porque si se niega a aceptar la candidatura de Sheinbaum y rompe con el presidente y Morena, habrá que ver qué caminos podría tomar. ¿Una candidatura de MC-PVEM y hasta el PRIPRD? (no creo que en el PAN lo lanzaran, pero puede pasar cualquier cosa de aquí a 2024).
¿Ganaría Claudia en ese escenario, contra una mega-alianza con mega-candidato? Habría que medirlo, desde luego. El caso de Ricardo Monreal es menos dañino. Prácticamente ya ha anunciado que está rompiendo con el presidente y Morena, por los ataques de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
Pero creo sinceramente que si llega a buscar una candidatura presidencial por otro partido que no sea Morena (lo cobijaría quizás MC, pero no se me ocurre otro)… pierde irremediablemente.
Creo que Monreal más bien jugará del lado de un gran frente opositor y él quizás luche por el Gobierno de la Ciudad de México.
Y… ya. Hoy en la oposición no hay un liderazgo nacional que pueda ganarle a Sheinbaum-Morena-AMLO. Ya lo hemos dicho: Si hoy fueran las elecciones presidenciales, Morena, aliados y su candidata, ganarían sin problema la Presidencia de la República.
Aunque siempre reitero: hoy no son las elecciones.
Entonces, ante el evidente escenario de que Claudia Sheinbaum es la candidata de Morena y aliados a la presidencia… es un hecho que sí ganaría al día de hoy.
Pero hay que evaluar todo lo dicho antes de hacer un pronóstico irreversible. Falta un año 8 meses para esa elección presidencial. Falta ver lo que harán las otras “corcholatas”. Falta ver cómo será el comportamiento de la economía nacional en año y medio.
Falta ver quién será el abanderado (a) de la oposición. Y falta ver si vivimos para entonces.
Porque los poblanos sabemos que los escenarios en política cambian radicalmente de un día para otro. De un minuto (de vuelo) a otro, pues. Construyamos escenarios, sí. Pero entendamos que jamás son inalterables.