Palabra de mujer
Rocío García Olmedo / @rgolmedo [email protected] [email protected]
Observando que cada vez se hace más frecuente la publicación de pronunciamientos de los señores y señoras surgidas del partido Morena en el gobierno, defendiendo y apoyando una y otra vez alguna acción del gobierno federal.
Escuchando y leyendo también los muchos comentarios sobre los errores de los libros de texto gratuitos que el gobierno federal ha empezado a distribuir y que llegarán a más de 25 millones de niños y niñas de educación básica, y el análisis de expertos y expertas que los han visibilizado, lo mismo ortográficos, gramaticales, que los de fondo.
Ahí, llega una declaración inaceptable en voz de la responsable de la política de igualdad y no discriminación del gobierno federal.
La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, convoca a las mujeres que incursionan en política a “aguantar vara”.
Si bien la política, como cualquier otra profesión o actividad que realizamos las mujeres, no son tarea fácil, no podemos permitir una convocatoria hacia el retroceso que naturaliza la violencia que se ejerce en política.
Volver a la época del silencio, ¿es a eso a lo que nos convoca cuando pide “aguantar vara”?
Reprobable sin duda, porque muchos esfuerzos de mujeres de antes y de ahora se han realizado por visibilizar todas las formas de violencia contra nosotras.
Hubo incluso que elaborar una ley específica para temas de violencia, la General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que dio paso a las correspondientes leyes estatales, en las que poco a poco se han ido introduciendo los diversos tipos y nuevas modalidades de violencia que se ejercen en nuestra contra, una de las cuales es justamente la política por razón de género que había permanecido invisibilizada.
Mucho ha costado desterrar conductas que han lacerado a las mujeres y por ello en 22 fracciones tanto de las leyes federal y estatal se enuncian las conductas que deben expresarse y las acciones u omisiones para que sea considerada una violencia política.
Prevé sanciones para quien o quienes la cometan establecidas en la legislación electoral, penal y de responsabilidades administrativas, según sea el caso.
Aún más, recientemente para avanzar en este rubro, fue incluida en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículos 38 y 102) y en la Constitución de Puebla (Artículo 22), lo que conocemos como la “3 de 3” para suspender derechos a agresores de violencia familiar, agresores sexuales, deudores alimentarios y a los que ejercen violencia política en contra de mujeres por razón de género.
Por ello no podemos permitir este tipo de convocatorias que darían como resultado silenciar a las mujeres víctimas de este delito e invisibilizarlo, porque como ya se ha dicho muchas veces: la violencia se aprende, la igualdad también y cualquier tipo, incluida la política, no puede llevarse en silencio.
No podemos ni debemos seguir naturalizando que en política se puede violentar a las mujeres, nadie debe “aguantar vara” en nada, en ningúnespacio.
Porque se trata de transformar la política para dejar un mejor camino a las mujeres que vienen detrás.
Me preguntaba si el mensaje de la presidenta iba encaminado a conminar a que las mujeres en política fortalezcan su participación mediante su formación, capacitación, conocimiento, perspectiva de género, vocación, sin duda urgente hoy día, para que asuman posiciones con conocimiento, que den resultados positivos y continúen abriendo camino para las nuevas generaciones.
Entonces, creo, equivocó el enfoque o tal vez su mensaje fue para justificar una vez más a su jefe el presidente López Obrador, por la violencia que ha ejercido en contra de las mujeres. Las acciones que han afectado programas y derechos adquiridos, en las que ha guardado silencio. Tal vez no pudo referirse directamente a los actuales comentarios que menoscaban los derechos políticos de la senadora Xóchitl Gálvez, y ha tenido entonces que echar mano de “aguantar vara” para no mortificar y cubrir con su silencio todas esas ilegalidades de su jefe.
Lo cierto es que nunca más las mujeres debemos “aguantar vara” ni en el ámbito político ni en cualquiera otro.