Por: Jorge Alberto Calles Santillana
El discurso que el presidente López Obrador grabó con motivo del 75 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas ha dado mucho de qué hablar. A lo que ya se ha dicho, he de agregar cuatro observaciones, relativa cada una de ellas a otras tantas preocupaciones.
- Su discurso contrastó con los elaborados por otros mandatarios mundiales. Ángela Merkel, canciller de Alemania; Narendra Modri, primer ministro indio y Justin Trudeau, primer ministro canadiense, entre otros, destacaron la contribución de la organización para hacer al mundo algo mejor de lo que era antes de su fundación y pidieron modificaciones en el Consejo de Seguridad y en todo el organismo.
El presidente mexicano, en cambio, elaboró un discurso en el que sintetizó lo que, según él, ha ocurrido en México durante su mandato. Mientras los jerarcas del globo demandaron modificaciones en la estructura organizacional para fortalecer el multilaterismo y conseguir que los gobiernos del mundo enfrenten con éxito los nuevos retos de la convivencia internacional, el presidente de México ofreció una síntesis de sus conferencias mañaneras.
No por descortés la omisión de referencias a la organización se torna grave, sino porque expone de manera por demás clara la percepción que el presidente tiene de nuestro país: desconectado de la comunidad internacional. Sea porque considere que toda conexión nos integrará nuevamente a la ola neoliberal, como si en verdad nuestra economía estuviera libre de ella, o porque asume que México es tan poderoso que puede llevar a cabo un proyecto autocontenido, lo cierto es que el presidente piensa al país en términos estrictamente domésticos. Esto es grave en una era en la que la globalización está consolidada.
- La referencia al supuesto honor que para México significa que Mussolini haya sido nombrado Benito debido a la admiración que su padre sentía por Juárez ha sido objeto de múltiples comentarios y críticas. Más allá de si existió tal admiración y si el hecho es cierto, amigos internacionalistas me han confirmado que no existen evidencias sólidas y que lo que se sabe es que en una visita a Roma Plutarco Elías Calles lo afirmó, lo preocupante es que lo haya dicho. Si partimos de que el discurso fue grabado, es inevitable hacerse varias preguntas.
La primera: ¿carece el presidente de asesores de política, de medios y de imagen altamente calificados que puedan dar indicaciones de qué incluir en un discurso destinado a la élite política del mundo y cómo presentarlo? En caso de que los tenga, ¿sólo obedecen lo que el presidente les ordena y temen hacer sugerencias que lo contradigan? Si lo hacen, ¿los ignora y termina haciendo lo que a él le place? Un sí como respuesta a por lo menos una de estas preguntas nos indicaría que estamos en problemas porque contaríamos con una evidencia más de que el gobierno mexicano actual es de un hombre. Nada más peligroso.
- El recuento que hizo López Obrador de los logros de su gobierno tienen que haber creado confusión en su audiencia. Además de que les habrá resultado difícil entender que se vaya a vender un avión que ya fue rifado, seguramente quedaron pasmados tras escuchar su versión triunfalista respecto de su estrategia frente a la pandemia de COVID-19.
Todo el mundo sabe que México es el séptimo país con mayor número de personas contagiadas el cuarto con mayor número de fallecimientos y el primero con mayor número de muertes registradas entre el personal de salud. Nada que presumir. No hay duda: el presidente ha terminado por creer la versión de país que a diario repite por las mañanas y es incapaz de percatarse de que la audiencia de los presidentes y primeros ministros del mundo tiene características por entero diferentes a la de sus seguidores. Esto es muy grave.
- Lo más preocupante de todo es que el discurso es, a la vez, una narrativa de su versión sobre la historia del país y de su historia, la historia del personaje histórico viviente que asume ser y cuya misión es crear un nuevo México. Lo que dijo en ese video es el texto que sueña que los niños mexicanos de un futuro no muy lejano lean en sus libros de historia.
Es una narración de su odisea personal, de su lucha por entregar un México en el que la igualdad y la felicidad imperen. Pero también es un texto para el mundo. Porque si bien no ve a México ligado al mundo sí, en cambio considera que es necesario que el mundo voltee a ver a México para conocer su historia, la de él, para que todos conozcan y entiendan el método correcto de gobernar. Alucinante.
En síntesis, el video grabado por López Obrador exhibe a un presidente que gobierna desconectado del mundo, seguro de que su visión de país es correcta, que no requiere de apoyos de profesionales y convencido no sólo de que su gestión va por buen camino, sino también de que es un modelo para los gobernantes del mundo. Estamos en peligro.