Palabra de mujer
Rocío García Olmedo
rociogarciaolmedo.com / @rgolmedo / [email protected]
Sin duda hay de cabildeos a cabildeos.
Uno es el que se hace para obtener una resolución o acuerdo favorable a intereses propios o de terceros; y otro, que lo usa como disfraz para cubrir otros intereses.
Más allá de filias y fobias, cada día en que se acerca el año de las elecciones federales próximas (2024), se hace necesario reconocer las cada vez mayores violaciones en que incurren las autoridades actuales del gobierno federal en turno.
Violaciones que nos van dando idea del tipo de proceso electoral al que nos enfrentarán.
Nos queda claro que el proceso electoral por voluntad del presidente de la República está adelantado.
Cada una de las corcholatas ha echado mano de diversas argucias para intentar posicionarse por encima de las demás.
La mayoría, haciendo uso de sus posiciones que les permiten los cargos en la administración pública federal, que siguen ocupando.
¿Uso de recursos púbicos? Casi seguro.
¿Respeto a las leyes? Ninguno.
¿Rendición de cuentas? Ojalá.
Porque encubiertos en sus cargos, se organizan actos masivos, colocan mantas y espectaculares de apoyo, y ahora una nueva estrategia el “cabildeo”.
El pretexto, los votos para concluir el proceso legislativo de la reforma reciente, que amplía el periodo de militarización del país y que requiere de los votos favorables de la mayoría de los Congresos estatales, por ser una reforma constitucional.
El secretario de Gobernación federal, persona poco conocida en el país –como sucede con otra precandidata corcholata, la jefa de gobierno de Ciudad de México– enmascara su posicionamiento asistiendo a los Congresos estatales, en los que de por sí tiene mayoría de diputados/as el partido oficial, Morena, y los señores o señoras gobernadoras son también del partido gobernante, para “explicar” los “alcances y beneficios de esta reforma aprobada”, sabiendo de antemano que el voto será favorable, por cierto, aprovechando la oportunidad para hacer declaraciones poco afortunadas, para que pueda mantenerse como “nota” en medios de comunicación, como la reciente –que seguro no será última– en que desliza el que “un militar puede ser presidente”, dicho en una tribuna legislativa.
Cabildeo innecesario, sin lugar a dudas, que le sirve al señor secretario para darse a conocer, pero que también tiene otro objetivo –que supone no nos damos cuenta–: distraer de los temas delicados que hemos conocido en los últimos días, a través del hackeo masivo que sufrió el Ejército y que es conocido como Guacamaya Leaks, así como lo revelado en el libro El Rey de Cash, sumado a los desatinos en las políticas de gobierno que se acumulan día con día.
Porque es realmente preocupante, por ejemplo, que por esas filtraciones sepamos que en 72% del territorio nacional hay presencia de la delincuencia organizada. ¿Y nos preguntábamos el porqué de los niveles de inseguridad en permanente aumento en el país? La respuesta está allí.
Ante datos como este no hemos escuchado propuesta de alguna de las corcholatas en sus recorridos por el país, tampoco hemos escuchado la propuesta de un verdadero cabildeo entre autoridades de los tres niveles de gobierno, para enfrentar y resolver de una vez por todas este grave problema o alguno de los tantos acumulados.
Lo que sí vemos diariamente en ruta hacia 2024 es la constante violación de la normativa electoral.