Fernando Thompson
Mi profesión es ingeniería en cibernética y mi oficio es la tecnología e innovación, sin embargo, en lo que va del año van varias ocasiones que diferentes personas me han preguntado: ¿cómo ascender en los puestos de una compañía y/o cómo obtener un aumento de sueldo?
La negociación es el arte de la supervivencia, cuando menos en estos tiempos difíciles de competencia feroz y sobredemanda de empleos.
Antes de empresario, fui empleado más de 30 años, desde posiciones técnicas recorriendo los diferentes organigramas, hasta llegar a alto ejecutivo.
Ninguna inteligencia artificial te puede dar una fórmula que funcione bien con los seres humanos, así que te comparto doce pasos que en su momento a mí me funcionaron.
Espero que sean de utilidad para ti, si buscas un aumento de sueldo, porque dependerá de ti el activar dicha posibilidad cuando estés ante la gente que puede autorizarlo.
O si pides un ascenso, ante tu jefe, necesitas poner la carne en el asador y dominar el arte de saber negociar a tu favor.
Aquí van los tips:
1. Infórmate.
Esto es totalmente básico. La información es un arma poderosa si, y solo si cuentas con ella y sabes utilizarla.
Cuando vas a una entrevista de trabajo debes entrar al portal y conocer a fondo la empresa (productos, servicios, misión, visión…) y el manejo de datos y cifras puede resultar tu carta ganadora.
Si se trata de obtener un nuevo empleo, documéntate lo más que puedas sobre la empresa a cuya nómina aspiras a pertenecer.
Si deseas un nuevo puesto o más sueldo, reúne la información que le permita a tu superior saber por qué eres un elemento valioso.
Cada logro que realices, anótalo con fecha, lleva un control de cómo estaban antes las cosas y como están ahora con lo que hiciste (maneja de preferencia datos duros). Esto te ayudaráy respaldará al momento de explicar porque mereces más dinero o un ascenso.
2. No dañes tu imagen.
Hoy prácticamente todas las personas en el ámbito profesional utilizan las redes sociales, así que todas las fotos que subas o que suban tus conocidos, así como los comentarios, cuentan a la hora de que un superior o un posible evaluador te estudien.
Recuerda que la persona con la que estás negociando será, o ya lo es, alguien a quien tendrás que ver todos los días y, más importante aún, con quien trabajarás.
Así que negocia con astucia, pero sin dañar tu imagen. No te veas demasiado prepotente y pagado de ti mismo, pero demuestra que tienes una buena autoestima que sabes lo que vales.
Y, sobre todo, respeta para darte también a respetar.
3. Aprende a estirar y aflojar.
En cualquier transacción comercial, desde el mercado donde se venden los jitomates hasta las grandes empresas transnacionales, se conoce el antiguo arte del regateo que, en muchos sitios del mundo, sigue siendo incluso el requisito para comerciar.
El secreto: cede en lo que no sea tan importante, pero no aflojes cuando se trate de obtener tu meta principal.
4. Reconoce tus necesidades y las de la empresa.
Lo que tú quieres debe ser acorde con lo que la empresa busca.
Si conoces las necesidades de la compañía, estarás en mejores condiciones de saber qué pueden ofrecerse mutuamente, y exponerlas así durante la negociación.
5. Entiende la dinámica de la negociación.
Esto tiene que ver con saber en dónde estás parado.
A veces, las personas con tus capacidades o conocimientos especiales están a la calza, es decir, son muy requeridas por las empresas. Y a veces no.
En el primer caso, tendrás una ventaja, pero en el segundo deberás pensar en otras cualidades que puedas ofrecer, a manera de paquete, para que el nuevo empleador se interese en tus talentos o tu jefe se convenza de que la empresa no puede sobrevivir sin ti.
6. No mientas.
Usa la verdad en tu beneficio.
Mentir durante la negociación, ofreciendo hacer cosas que no sabes o no puedes hacer, es contraproducente.
La verdad saldrá a la luz tarde o temprano, y no solamente quedarás en ridículo, sino que perderás credibilidad y, posiblemente, el empleo.
Por otra parte, tampoco expongas todo lo que sabes; guárdate varios ases bajo la manga. Quizás en algún momento en el futuro podrás necesitarlos.
7. Mantente dentro de los límites razonables.
Está bien mantenerte lo más alto que puedas, pero dentro de lo lógico, en cuanto al sueldo.
Si pides de entrada más dinero del que gana tu entrevistador, estas fuera.
Lo mismo si solicitas un aumento estratosférico: si eres un buen elemento, la mayoría de las empresas hará un esfuerzo por integrarte o mantenerte en sus filas, siempre que no te vayas a la estratósfera.
8. No digas “sí” de inmediato.
En esto, la negociación comercial se parece mucho a una relación amorosa.
Di que lo pensarás; que quizás debas de considerar otras ofertas.
Date un plazo de uno o dos días antes de aceptar, pero no más.
9. Sé creativo.
Busca la forma de que tu oferta sea lo más jugosa y apetecible posible para tu futuro empleador o para tu jefe.
Estamos en la época de los paquetes, así que piensa por ahí.
Mientras más atractivo sea tu ofrecimiento, mayores posibilidades tendrás de obtener lo que buscas.
Pero recuerda el sexto mandamiento de la negociación, y no mientas sobre tus potencialidades ni tampoco ofrezcas más de lo que estás dispuesto a dar.
10. Concéntrate en tu meta, no en ganar.
La negociación es simplemente un trámite que te coloca en una posición ventajosa, pero se realiza para lograr un objetivo.
Muchas personas cometen el error de querer ganar por el hecho de ganar en sí, por reafirmarse, o por querer demostrar que tienen la razón.
Y así, por ejemplo, si tu jefe o tu prospecto de jefe emite una opinión con la que no estás de acuerdo, y que puede no tener que ver con la negociación, frena la tentación de querer rebatirle con argumentos apasionados.
Ganarás el debate, pero perderás la oportunidad de un ascenso, de un aumento o de un nuevo empelo, y eso será también perder la negociación.
11. Cuando termina, termina.
Es necesario saber cuándo ha concluido la negociación, o bien cuando ya no debes insistir más.
Estirar demasiado la liga puede llegar a romperla.
12. Cállate y firma.
Si tu interlocutor o tú han llegado finalmente a un acuerdo, no tiene caso que sigas discutiendo, ni que hables de más.
Son incontables los tratos comerciales que se arruinan porque en el momento de la firma del contrato, alguien hace algún comentario que no viene al caso.
Así que, si el acuerdo está presente y la negociación terminó, cállate y firma.