Por: Manuel Martínez Benítez/ @manuelmtzb
El domingo pasado, 5 de junio se realizaron elecciones estatales en seis entidades federativas del país y esto es importante de analizar, porque nos ayuda a observar la fortaleza que hay de las fuerzas y actores políticos en esos territorios y nacionalmente. Y también nos ayuda a entender cuál es el contexto político en el que vivimos, y cómo se puede desarrollar la vida política en las elecciones de 2023 y 2024.
Como seguro muchos saben, de las seis entidades, cuatro las ganó la alianza oficialista formada por Morena y sus aliados (PT en todos los casos y PVEM en 3 de los cuatro estados); y la alianza opositora del PAN, PRI y PRD ganaron en dos estados.
Para comenzar con el análisis hay que decir que de estos seis estados, cuatro los gobernaba el PAN y dos el PRI, perdiendo ambos dos estados, el PRI pierde los gobiernos de Hidalgo y Oaxaca; mientras el PAN, los de Quintana Roo y Tamaulipas.
Por cierto, el caso de Durango es interesante, ya que si bien lo gana la oposición, el candidato triunfador es y se asume como priísta en un gobierno emanado por el PAN, así que este estado en los análisis se considera como un estado gobernado por el PRI.
Otro dato importante para el análisis es que, de los seis nuevos gobernadores, dos son mujeres y cuatro son hombres, aumentando el número de mujeres en cargos de gobernadora, pero faltando todavía mucho para llegar a una paridad en los números. Ver cuadro 1
Después de este resultado, tenemos que Morena gobierna o gobernará en 20 entidades, el PVEM en 1 (San Luis Potosí) y el extinto PES en 1 (Morelos), dejando a los partidos oficialistas con 22 gobiernos estatales, números que no tenía la administración federal desde 1998, cuando el PRI gobernaba 23 estados y Ernesto Zedillo era presidente de México.
El PAN gobierna o gobernará cinco entidades (Chihuahua, Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y Yucatán), el PRI gobierna o gobernará en tres (Durango, Coahuila y Estado de México –que estarán en juego el próximo año–) y Movimiento Ciudadano gobierna en dos (Nuevo León y Jalisco). Ver cuadro 2
Ahora bien, el análisis profundo podemos hacerlo con los datos por estado y si bien ahora los desagregaremos, puedo decirles que hay que observar que sólo dos de las seis entidades en elección tuvieron una participación mayor a 50%, mientras que una tuvo una participación menor a 40%.
Cuando el PVEM fue sin acompañar a Morena en la elección, su resultado electoral es pésimo, igual le pasó al PRI en Quintana Roo, que solo no alcanzó ni para el registro, y el PAN que en Oaxaca apena alcanza 3.7% de los votos. MC, por cierto, en general está entre 3% a 6% de los votos, con excepción de Quintana Roo que alcanzó un muy competitivo 13%, pero esto por el candidato de la zona.
Pero veamos los resultados estado por estado, en orden alfabético, para tener un mejor análisis:
AGUASCALIENTES
Ver cuadro 3
Este estado tuvo una participación de casi 46% y el PAN repite el gobierno con su candidata María Teresa Jiménez, alcanzando 53.76% de los votos, 20% más que el segundo lugar que fue Nora Ruvalcaba de Morena; por cierto, un dato “interesante” de este proceso es que las fuerzas políticas de la entidad presentaron una mujer en su candidatura. Aquí Morena fue solo, por lo que PT y PVEM no alcanzaron ni 2% por su cuenta, perdiendo su registro local (aunque mantienen el registro federal), en tanto que el partido Fuerza x México, que se mantenía sólo con el registro estatal, también lo pierde pues nada más le alcanzó para 1.38% de los votos.
DURANGO
Ver cuadro 4
El otro estado ganado por la oposición al gobierno federal. Aquí la victoria del PRI, PAN y PRD fue de casi 15% sobre el segundo lugar de Mariana Vitela, de Morena-PT-PVEM-Redes Sociales. En este estado la participación supero 50% de los electores posibles y si bien es una entidad que gobernaba la oposición con el PAN, ahora debe ser contabilizada en los análisis como una entidad gobernada por el PRI. Un último dato es que aquí hubo tres candidatos disputando la gubernatura, siendo la tercera en discordia (fueron dos mujeres y un hombre) Patricia Flores, por MC, alcanzando casi 4.5% de la votación. Muy lejos del primer y segundo lugar.
HIDALGO
Ver cuadro 5
Uno de los estados en juego donde el PRI había sido la fuerza dominante por más de 90 años, pues nunca había perdido una elección, es Hidalgo. En esta entidad donde votaron más de un millón de electores, con una participación de 47.6% del listado nominal; donde Morena arrasó con un dos a uno sobre el segundo lugar, obteniendo 61.6% de los votos contra 31.3% de los votos para la candidata opositora. MC apenas y logra obtener ese 3% necesario para mantener su registro estatal, casó contrario al PVEM (que fue sin alianza con Morena) al sumar sólo 1.14% de los sufragios y perder el registro local.
OAXACA
Ver cuadro 6
El otro estado con dominancia priísta durante su historia y que pierde frente a Morena es Oaxaca, una elección que desde siempre se veía muy favorable para el lopezobradorismo, donde el gobernador al parecer no le molestaba la idea de perder la contienda y donde, si bien hubo una muy baja participación 38.79% (la más baja de las seis), el resultado a favor del oficialismo y sus aliados fue con un apabullante 60.26% de los votos para su candidato Salomón Jara, mientras que el PRI y PRD ocuparon el segundo lugar con 35 puntos de distancia, al obtener 25%, mientras que el PAN (sin alianza) alcanzó el tercer lugar con un muy pequeño 3.77% de los votos, MC ocupó la cuarta posición con 3.27%, arañando ambos el registro estatal. Los otros tres candidatos que compitieron fueron dos independientes y uno postulado por Nueva Alianza Oaxaca, quienes no llegaron ni a 3% y así Nueva Alianza desaparece como partido local (en uno de los pocos estados donde todavía existía).
QUINTANA ROO
Ver cuadro 7
Este estado, que es uno de los dos que ahora tendrán nuevas gobernadoras. Con una gran dependencia al turismo y graves problemas de seguridad, tuvo apenas 40% de la participación electoral, aunque aquí hay que tomar en cuenta que también hubo elecciones a diputados en la entidad. Mara Lezama, la candidata ganadora, es una mujer carismática y muy mediática, abanderada por Morena y el Partido Verde, principalmente, obtuvo 56% de los votos y es la que mayor ventaja sacó sobre su más cercano competidor, ya que la candidata del PAN, PRD y un partido local obtuvo 16% de los votos (40 puntos de distancia), mientras que el tercer lugar fue para MC y su candidato José Luis Pech, un senador con licencia emanado de Morena y que le ayudó a este partido político a obtener su mejor resultado electoral en las seis elecciones. Otro dato para no perder de vista en Quintana Roo es que el PRI, el antiguo partidazo, no alcanzó los votos para mantener su registro estatal al llegar sólo a 2.96%, conforme al PREP, habrá que ver si en la mesa y con impugnaciones pueden lograr esos 300 de los votos que le faltan, de lo contrario sería el primer estado donde Revolucionario Institucional pierde su registro.
TAMAULIPAS
Ver cuadro 8
Un estado que había abierto mucho interés porque el gobernador en funciones, de extracción panista, había sido imputado y se buscaba desaforarlo para juzgarlo, había tenido un abierto enfrentamiento político con el poder federal; ese contexto se dio la batalla por la gubernatura, que ya sabemos fue a favor del candidato morenista Américo Villareal, un expriísta e hijo de un exgobernador, que gana la elección con una ventaja de 5.79%, siendo la elección más cerrada de las seis, pero donde el resultado es muy difícil que se modifique (por alguna impugnación) y donde habrá que ver cuál será el fin de la “novela” con respecto a las acusaciones al gobernador.
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Al final, al ver todos estos datos y muchos más que se están generando en estos días, creo que todos tenemos mucho para pensar. Los que nos dedicamos a estos asuntos debemos preguntarnos si el triunfo de Morena se debe a que se vuelve un partido político con la fuerza operativa para ganar elecciones por sí solo o sigue siendo el efecto de la popularidad del presidente López Obrador, así como su narrativa de “castigo” al pasado la que la ayuda.
También debemos preguntarnos si los “grandes” partidos políticos nacionales siguen existiendo o se están volviendo en fuerzas regionales, si las elecciones ahora son cada vez menos competidas (como en cinco de los seis casos que aquí vimos) o si el contexto en el que se desarrolla, aunado al tema de la operación política, de una campaña con una narrativa atractiva y un candidato competitivo, es lo que se debe buscar para ganar una elección.