Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vrgara Nava
correo: [email protected] web: parmenasradio.org
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé…
¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé…
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue
Letra de tango Cambalache
(1934)
Enrique Santos Discépolo
Este 2021, el día 23 de diciembre, cumplió 70 años de fallecido el bien nombrado “filósofo del tango”, el argentino Enrique Santos Discépolo, a quien le llamaban Discepolín. En estos momentos, resulta oportuno recordar ese tipo de música, sobre todo la letra, porque pareciera que muchos de los tangos que se escribieron en los tiempos de ese autor describen lo que está sucediendo y viviendo en la actualidad; en este siglo XXI.
Desde luego que los tangos más emblemáticos que se escribieron son los de la década de los treinta del siglo pasado, con su letra lapidaria, pues describían lo que sucedía en aquellos años, la crisis económica del 29 que se expandió por todo el mundo occidental, el desempleo, la hambruna, la falta de mercaderías, eran muestra del pesimismo que entonces se vivía; para muestra la letra de cambalache que se escribió por el “filósofo del tango” en 1934:
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!..
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Basta recordar la década de los treinta del siglo XX, que era el preámbulo de lo que después se presentó con el nazismo en el poder, y los totalitarismos en muchos gobiernos de Europa, como fue el caso de España, Italia, Portugal, así como Grecia, preludio de la segunda guerra mundial.
Y es que aquella crisis económica de 1929 hizo realidad la sentencia de Marx y Engels de 1848 en el manifiesto comunista “Un fantasma recorre Europa”, y era ni más ni menos que la amenaza del comunismo con la extinta URSS.
Por ello es que, en estos tiempos de incertidumbre, hoy la letra de esos tangos resulta muy actual, aunque esas melodías describían la situación mundial, y particularmente la de Latinoamérica de aquel siglo XX.
A casi cien años de que se escribieron estos tangos, siguen pareciendo como si hubieran sido escritos recientemente, que si bien, en la actualidad ya no es ese fantasma del comunismo el que recorre el temor de la población actual, es algo posiblemente peor, que es el fantasma de la ausencia de alternativas al capitalismo financiero o también denominado como capitalismo salvaje o neoliberalismo, y que es, en gran parte, el producto de la falta de ideologías, de razones, pues en la actualidad no contamos con el tiempo suficiente para pensar, es decir, para esas “nimiedades”.
Por ello es que se ha sostenido que vivimos en tiempos del “interregno” que se nombraba así al periodo que se vivía entre la muerte de un emperador romano y la espera del que tomaba su trono, tiempo de incertidumbres, de temeridades y, por ende, fuera de cualquier tipo de esperanza.
El “filósofo del tango” describía en muchas de las letras que componía lo que sucedía en Argentina y Latinoamérica en esos tiempos, ya que particularmente en Sudamérica se vivía con gobiernos militares y, por ende, totalitarios, en donde la democracia y el respeto a los derechos de los ciudadanos quedaban para otra ocasión, la población a la deriva, y sobre todo la pregunta principal de cómo conducirse en la vida con esas realidades. Una muestra de la ausencia de esperanza que se percibía en esos tiempos es la letra del tango “Tormenta” de 1939, escrita también por Discepolín:
Aullando entre relámpagos,
perdido en la tormenta
de mi noche interminable,
¡Dios!, busco tu nombre…
No quiero que tu rayo
me enceguezca entre el horror,
porque preciso luz
para seguir…
¿Lo que aprendí de tu mano
no sirve para vivir?
Yo siento que mi fe se tambalea,
que la gente mala, vive,
¡Dios!, mejor que yo…
Verdaderamente vale la pena recordar, a 70 años del fallecimiento de este compositor, la letra de esos tangos, que no son más que la muestra de que seguimos viviendo en estos tiempos de desesperanza, desaliento, desesperación, “interregno”, una muestra de que algo se debe hacer por los propios ciudadanos de a pie, pues no hay que albergar muchas esperanzas de las instituciones del Estado y de sus líderes, ya que poco hacen por la población en general a la que atienden, ya sea por causa del desinterés o por impotencia.