Anselmo Salvador Chávez Capó / Profesor Investigador de la UPAEP
El financiamiento representa una importante herramienta de apalancamiento para los desafíos en la vida de las empresas. En algunos casos no se tiene acceso a un tipo de financiamiento debido a que se desconoce el procedimiento para obtenerlo, es difícil conseguirlo por los excesivos trámites o no es entregado de manera oportuna.
Otras veces, aunque se obtiene el recurso financiero, éste llega a ser usado para un objetivo diferente al que se planteó en un inicio o, en otros casos, llega a ser tan costoso que resulta desfavorable para la empresa (Lara, López, Vázquez y Botello, 2019).
De lo anterior es posible señalar que las fuentes de los recursos se convierten en un factor fundamental para el inicio, desempeño, crecimiento y madurez de la empresa y de allí la importancia de la tercera Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN), elaborada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Dicha encuesta tiene representatividad nacional y se presenta por tamaño de empresa (micro, entre seis a diez personas empleadas), pequeña, mediana y grande; por sector de actividad económica (construcción, manufacturas, comercio y servicios privados no financieros, incluyendo transportes) y por tamaño de localidad (entre 50 mil y 499,999 habitantes y con 500 mil habitantes y más).
A continuación, se presentan los resultados más destacados del referido estudio:
En México, nueve de cada 10 pequeñas y medianas empresas (Pymes) contaban con al menos un producto o servicio bancario, cifra que se incrementa hasta 96% para las empresas grandes. De éstas, 84% tenía al menos una cuenta de depósito; más de 90% de las medianas y grandes empresas contaba con este producto financiero.
La cuenta empresarial con chequera fue el producto más común en este segmento.
Por otra parte, alrededor de 90% de las empresas grandes y medianas reportaron haber contratado alguna póliza de seguro desde el inicio de sus operaciones, pero solamente 41% de las microempresas manifestó haber contratado uno en alguna ocasión.
En cuanto al arrendamiento financiero, 13% de las empresas reportó haber hecho uso de uno en alguna ocasión y sólo 3% ha utilizado el factoraje.
Entre 2015 y 2021, el porcentaje de empresas que han solicitado financiamiento desde su inicio de operaciones pasó de 40% a 47%, mientras que 43% ha contado con financiamiento en alguna ocasión. En 2020, una de cada cuatro empresas reportó tener financiamiento activo, porcentaje menor a lo reportado en 2017 (27%) y en 2014 (31%). De las microempresas, 20% reportó tener uno.
Aunque el efectivo aún es el medio de cobro más aceptado (79%), 72% de las empresas aceptó pagos con transferencias electrónicas y 45%, pagos con tarjetas de crédito o débito. Este último tuvo un incremento de 10 puntos porcentuales desde 2018.
De las empresas, 70% utiliza el efectivo como medio de pago; sin embargo, el uso de páginas de internet y aplicaciones móviles para hacer pagos se extendió a 53% y a 21% de las empresas, respectivamente.
Las empresas utilizan tanto canales de acceso físico como digitales para ejecutar sus operaciones financieras.
Alrededor de ocho de cada 10 empresas acuden a una sucursal para realizar sus operaciones financieras y seis de cada 10 utilizan las páginas de internet de alguna institución financiera.
Desde 2015, el uso de cajeros y corresponsales casi se triplicó.
Conocimiento del sistema financiero. De las empresas, 95% conocía o escuchó hablar de la banca comercial y 51% sobre la banca de desarrollo. Menos de 40% de las empresas conocía las entidades del sector popular como las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (Socap) o las Sociedades Financieras Populares (Sofipo).
Conocimiento sobre los Mercados Bursátiles. Aunque 83% de las empresas conocía las bolsas de valores y 74% las casas de bolsa, sólo 19% de ellas reportaron conocer las posibilidades de financiamiento y obtención de capital a través del sector bursátil. Sólo 3% manifestó interés en participar. Por su parte, dos de cada 10 empresas en el país conocían o escucharon sobre el sector de tecnologías financieras (Fintech).
Impacto de la pandemia de COVID-19 en los servicios financieros. Para hacer frente a las afectaciones de la pandemia por coronavirus, tres de cada 10 empresas renegociaron o aplazaron los pagos a proveedores, 14% pidió créditos a conocidos y 10% solicitó un nuevo financiamiento a instituciones financieras. El cierre de sucursales financieras lo sufrió 23% de las empresas y sólo 13% reportó experimentar aumento en costos y comisiones de sus productos financieros. En 2020, como resultado de las restricciones para contener la pandemia por SARS-CoV-2, 38% de las empresas adoptó el uso de redes sociales y 26% usó páginas de internet propias para vender y promocionar productos.
Toda organización necesita financiar sus operaciones por medio de la obtención de flujo de efectivo, de ahí la necesidad de apalancar sus operaciones, con un flujo de caja positivo, pero hay ocasiones en que es necesario obtener más recursos por medio de otras fuentes de financiamiento, y por eso es indispensable establecer estrategias de captación de recursos, por lo cual es importante que las empresas entren cada vez más en la bancarización, a efecto de que las organizaciones cuenten con una mayor cantidad de información y puedan obtener los recursos necesarios, considerando los requerimientos de sus negocios.