José Manuel Nieto Jalil / Director del Departamento Regional de Ciencias en la Región Centro-Sur Tecnológico de Monterrey Campus Puebla
Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial y también, por tanto, la mitad del potencial de la humanidad. Sin embargo, la desigualdad de género persiste hoy en todo el mundo y provoca el estancamiento del progreso social.
La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad global de la UNESCO, y el apoyo a las jóvenes, su educación y su plena capacidad para hacer oír sus ideas son los motores del desarrollo y la paz.
La igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Poner a las mujeres y las niñas en el centro de las economías dará lugar, fundamentalmente, a mejores resultados de desarrollo y más sostenibles para todos.
El acelerado avance de la ciencia y la tecnología que caracteriza al siglo XXI enfrenta, actualmente, un desafío impostergable: contribuir a un desarrollo humano sustentable, equitativo e integral, en un marco de respeto por la igualdad de oportunidades de género, reconocimiento de la diversidad cultural y étnica, cuidado del medioambiente, fortalecimiento de la democracia y resolución de las necesidades de crecimiento nacionales y regionales.
Hoy pretendemos hacer una reflexión acerca de algunos de los avances y logros científicos de las mujeres a lo largo de la historia. Evidentemente resultaría imposible enumerarlas todas; sólo nos centraremos en los premios Nobel en física, química y medicina.
Maria Salomea Skło-dowska-Curie, la mujer que cambió las normas del Nobel, ya que la academia sueca se resistía a premiar a una mujer, fue pionera en el campo de la radiactividad. Recibió el Nobel dos veces, primero el de Física, en 1903, junto con su esposo, Pierre, y el de Química ocho años después, esta vez en solitario.
Marie Curie fue también la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París. Casi un cuarto de siglo después, otra mujer recibió el Nobel: Irene, la hija de Marie Curie. El Premio Nobel de Química 1935 fue otorgado en este caso en forma conjunta al matrimonio Joliot-Curie (Frédéric e Irene) en reconocimiento por la síntesis de nuevos elementos radiactivos. Marie no vio la premiación; había muerto un año antes de leucemia, probablemente por la exposición a la radiactividad con la que trabajó.
Doce años más tarde, en 1947, Gerty Theresa Cori, recibió el Nobel de Medicina y Fisiología (primera mujer en lograrlo en esta categoría) por su descubrimiento del curso de la conversión catalítica del glucógeno.
En 1963, el premio Nobel de Física lo recibió María Goeppert Mayer por sus contribuciones a la teoría del núcleo atómico y de las partículas elementales.
En 1964, el de Química fue para Dorothy Crowfoot Hodgkin por la determinación de la estructura de muchas sustancias biológicas mediante los rayos X.
En 1977, 1983, 1986 y 1988 cuatro mujeres recibieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina, pero compartidos con hombres.
La física estadounidense Rosalyn Yalow, por el desarrollo de radioinmunoensayos de las hormonas peptídicas; posteriormente, las científicas Barbara Mc-Clintock por su descubrimiento de los elementos genéticos móviles y Rita Levi-Montalcini y finalmente la científica Gertrude Belle Elion, por sus descubrimientos de principios importantes para el desarrollo de medicamentos.
Nuevamente en 1995, 2004 y 2008 otras tres mujeres ganaron el Nobel de Fisiología o Medicina: primeramente, Christiane Nüsslein-Volhard por sus descubrimientos relativos al control genético del desarrollo embrionario temprano; Linda B. Buck por sus descubrimientos de los receptores de olor y la organización del sistema olfativo y Françoise Barré-Sinoussi por su descubrimiento del virus de la inmunodeficiencia humana.
En el año 2009, dos mujeres recibieron el Premio Nobel en dos categorías diferentes: el de Química fue otorgado a Ada E. Yonath por el estudio de la estructura y función del ribosoma y el de Fisiología y Medicina a Elizabeth Blackburn, por el descubrimiento de cómo los cromosomas están protegidos por los telómeros y la enzima telomerasa.
Los Premio Nobel de Medicina y Fisiología del 2014 y del 2015 fueron otorgados a mujeres: May-Britt Moser por sus descubrimientos de las células que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro y Tu Youyou por sus descubrimientos relativos a una nueva terapia contra la malaria.
En el año 2018, dos mujeres recibieron el Nobel: primeramente, Donna Theo Strickland obtuvo el de Física y constituyó la tercera mujer en la historia ganadora de este premio. Sus trabajos contribuyeron al desarrollo de aplicaciones con láser de alta intensidad y Frances Hamilton Arnold el de Química debido a que sus métodos permitieron crear sistemas biológicos útiles, incluyendo enzimas, rutas metabólicas, circuitos de regulación genética y los organismos con evolución dirigida.
Para 2020, Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna obtuvieron el Nobel de Química de por su descubrimiento de la técnica de edición genética CRISPR/Cas9 (tijeras CRISPR), poderoso método que permite hacer cambios en la estructura del ADN de animales, plantas y microorganismos con altísima precisión. Ese año, Andrea Ghez recibió el de Física por sus descubrimientos que aportan evidencia de la existencia de los agujeros negros.
El año 2021, ninguna mujer fue premiada, pero en el 2022 el premio Nobel de Química fue para Carolyn R. Bertozzi, en compañía de dos hombres, Karl Barry Sharpless y Morten Meldal, por el desarrollo de la química clic y la química bioortogonal, lo que constituyó una excelente noticia para quienes pensamos que la escasez de mujeres galardonadas es bochornosa.
Si nos concentramos en las categorías de ciencia, los datos son realmente abrumadores: sólo cuatro mujeres han recibido el Nobel en Física de un total de 222 personas premiadas; únicamente ocho mujeres han merecido el Nobel en Química de 189 personas condecoradas; y tan solo 12 mujeres han sido premiadas con el Nobel en Fisiología o Medicina de un total de 225 personas galardonadas.
Motivar a que más mujeres se unan a campos de investigación científica es un problema con múltiples ángulos. En la actualidad ya no es raro que haya mujeres científicas, pero falta mucho por hacer en materia de liderazgo.
Hay que comprometer a los actuales gobiernos a diseñar políticas en ciencia y tecnología de largo plazo, que integren transversalmente la dimensión de género, asegurando su sustentabilidad financiera y técnica y una mayor participación de la mujer en lo científico, en lo político, en lo económico y en lo social. La investigación constituye el pilar fundamental para el progreso de la sociedad.