Adolfo Flores Fragoso
Ruiseñor que volando vas
cantando finezas, cantando favores.
¡Oh, cuánta pena y envidia me das!
Pero no, que si hoy cantas amores,
tú tendrás celos y tú llorarás (…)
Cantarcillo
Pedro Calderón de la Barca
La cantante Natalie Dessay (1965) provoca hoy recuerdos imaginarios de una también soprano de nombre Ángela Peralta quien, en la Puebla de los Ángeles, estrenó cierta ópera, en el año de 1865.
(…) El ruiseñor en la muralla
con la lengua cortada canta
sangre sobre la piedra
el ruiseñor en la muralla.
Cosante
Octavio Paz
Descendiente de indios mexicas, la sirvienta Ángela Peralta fue descubierta por su voz mientras barría en una casa donde el maestro Agustín Balderas instruía, en clases de piano, a los descendientes de la patrona.
Cautivado, el profesor Agustín consiguió lo que hoy llaman “beca” para Ángela, en Italia.
Adoctrinar sus cuerdas vocales, su ánimo y estima fue la intención. Por disciplina y voz, ella lo logró.
A su retorno a México, fue la preferida de los exigentes oídos musicales, quienes le otorgaron el título de “Angélica de voce y dime”.
Veo la palabra amor desmoronada
¡Ruiseñor mío!
¡Ruiseñor! ¿Aún cantas?
La sombra de mi alma
Federico García Lorca
En su retorno a México, después de formarse en Italia y resto de Europa (en un breve lapso de diez años), la ya soprano Ángela Peralta cantó al emperador Maximiliano (1865), quien se atrevió nombrarla “Catarina de Cámara del Imperio”.
Cierta noche de aquel año, Ángela dio fe de su talento y repentina intensa querencia por Puebla.
(…) Así como la niebla se delata
se dilataba mi melancolía.
Y en tanto que por la mujer ingrata
en llanto mi dolor se deshacía,
callaba así el ruiseñor su serenata.
Soneto rondel
Julio Flórez
Yaakov Liebmann Beer (1791-1864) firmó sus obras para piano y óperas como Giacomo Meyerbeer.
Compositor judío-alemán, es reconocido como el creador del “melodrama musical romántico” que, en la ópera, exagera hasta la cursilería como sonidero de muchas telenovelas mexicanas.
Pero fue en aquel tiempo tan innovador, que hasta un joven Wagner quedó inspirado y prendado para escribir su inmensa ópera de cinco actos, Rienzi, der Letzte der Tribunen.
Antes que todo este relato, Ángela Peralta trajo a Puebla para su estreno (1865) a Dinorah, innovadora e intensa ópera de Meyerbeer.
La soprano habitó el inmueble de la calle de Zenteno (hoy 5 Norte #800), que convirtió en hotel de su propiedad.
Partió cierta madrugada hacia Mazatlán, donde murió en 1890.
En su buena memoria musical y comercial, la autoridad decidió nombrar a ese tramo de la poblana 5 Norte como Calle de Ángela Peralta.
Ángela, El Ruiseñor Mexicano.