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Vicky Fuentes / @NoticiasVicky FB: VickyFuentes/Oficial Vickyfuentes.com
Tengo un familiar muy cercano que trabajó con una inmejorable posición en las Fuerzas Armadas de este país, hasta que se opuso a algunos cambios, decisiones y absurdos de la 4T, y en ese momento, claro, le adelantaron su jubilación. A lo largo de nuestra vida familiar en común y al calor de los abrazos y los recuerdos de infancia, casi siempre caíamos en temas laborales y anécdotas profesionales.
Recuerdo con claridad como muy veladamente hablaba de grupos de poder con privilegios como en una gran logia, jamás dio detalles ni mencionó nombres, y vaya que le preguntábamos, hoy podría decir que percibía un poco de miedo, o tal vez un gran respeto a sus compromisos adquiridos.
Son valores entendidos.
Sobre todo hoy que es un verdadero escándalo el caso del General Cienfuegos por la forma en la que fue detenido y los cargos que se le imputaban, peor aún, la manera y las condiciones bajo las cuales regresa a nuestro país, me hace pensar en la presión de esas estructuras castrenses.
Es cierto que nuestras Fuerzas Armadas gozan de un gran respeto, es un honor y seguirá siendo un honor ser parte de ellas, pero ¿Qué y cómo funcionan esos grupos de poder y sus vínculos con el gobierno federal? Es de todos sabido como el presidente quiere y admira al ejército mexicano, por eso ha descargado en ellos muchas responsabilidades, algunas que no les corresponden aunque estén entrenados, un soldado no es un policía; los rangos se respetan, el poder camina solo.
No es lo mismo una vocación castrense que una vocación policial. Después de la presión ejercida por la fiscalía aquí y allá –pago de favor o no– la inconformidad de algunos actores políticos, la fiscalía de Estados Unidos se desdijo y regresó al presunto indiciado en un avión privado. El General Cienfuegos regresó procedente de New Jersey enfundado en un impecable traje negro, camisa blanca y corbata negra.
¡Mejor servicio imposible! Casi casi lo dejan a la puerta de su hogar.
Sin duda el hecho es una medalla en la relación de México y Estados Unidos y seguramente será la última con la actual administración.
Se supone que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Que se investigue esperamos todos, pero lo cierto es en la tierra de los Yankees no se andan con medias tintas y las investigaciones correspondientes son de un periodo mayor a 10 años e involucra a varias administraciones tanto mexicanas como estadounidenses, según refieren varios diarios como The Washington Post.
Entendamos que el hecho de que el aparato policial de los vecinos del norte haya ejecutado una aprehensión en su territorio de un personaje extranjero, con un historial de poder y de participación como cabeza en una cartera de seguridad nacional, no es poca cosa, debió tener fundamentos suficientes y de peso, o de lo contrario no lo habrían hecho.
No es como acá, que cualquier Ovidio o Lozoya son capturados para después salir con un “usté disculpe”.
Entonces, ¿Qué ocurrió con Cienfuegos? ¿Es real el enojo y reclamo del Ejército al presidente?, ¿Sabe demasiado?,¿Habrá hecho uso de elementos de coerción, como las actividades non-sanctas de los gringos permitidas en nuestro país?,¿Pactó entre las fuerzas armadas de ambas partes?
Por lo pronto el General pasará una cálida Navidad y su Año Nuevo en casa, y mi familiar cercano, como siempre, guardando silencio sepulcral.