Manuel Martínez Benítez / @manuelmtzb
El domingo pasado vivimos en el Estado de México y Coahuila la última elección previa a los comicios del 2024, en el que se elegirán presidente de la república, senadores y diputados federales, además de que en nueve entidades se votará por gobernadores, en 30 estados se sufragará por diputados locales y en otras 27 entidades por gobiernos municipales.
Y los resultados que vimos en el proceso 2023 tienen tantas lecturas, y hemos visto tantos “dichos” de todos los actores políticos que genera ruido y, tal vez, confusión para muchos, lo que han dicho los candidatos, los ganadores, los dirigentes y los líderes, tanto de un lado como de otro, ha provocado tanto “ruido” que de pronto es necesario analizarlo por partes.
Los líderes y miembros de Morena y sus partidos aliados declaran que fue una clara victoria la de su candidata en el Estado de México y han “minimizado” su derrota en Coahuila, además de que han usado esto para afianzar la postura de ir juntos en alianza global para todas las elecciones del 2024.
Por otro lado, los dirigentes de la alianza opositora (PAN, PRI y PRD) dicen que la elección prácticamente fue un empate, ya que la suma de todos los votos de las dos elecciones refleja que la alianza opositora logró 3.49 millones de votos, mientras que la suma de los obtenidos por Morena, PT y PVEM fue de 3.54 millones.
Si bien la distancia en esta óptica es corta, (aunque no menor a 50 mil votos), la realidad nos dice que la “alianza oficial” ganó por más de 8% la elección en el Estado de México, y la “alianza opositora” tuvo un muy holgado triunfo en Coahuila (35% de ventaja sobre el más cercano opositor).
Y si bien podemos intentar hacer una lectura nacional de los datos, la forma correcta de analizarlo es que fueron elecciones estatales, cuyos resultados obedecen a circunstancias locales, y que nos llevan a reflexionar que la política local tiene lógica local y que los partidos “nacionales” ahora tienen peso más bien regional.
Lo digo porque vemos cómo algunos partidos en éstas y en elecciones recientes tienen un nivel de votación “competitivo” en algunos estados, pero en otros son casi inexistentes, y es por eso que se entiende con mayor razón la “estrategia de alianzas” para fortalecerse como grupo.
Otra cosa a analizar es la participación del Edomex, la entidad más grande (poblacional y electoralmente hablando del país) que fue menor al 50%, mientras que Coahuila tuvo una participación de 56%, todo esto basado en los resultados del PREP, lo que nos dice que la gente no fue a votar y la pregunta es ¿por qué las campañas no están “emocionando” tanto a los electores para salir a votar?, tanto de un lado como en otro, lo que vemos es que las campañas no emocionan, no motivan y tampoco hay candidatos con tal presencia ni “poder propio” que motive que la gente acuda a las urnas.
Esto lo vimos en el 2018 o en 1994, cuando un candidato o una situación hizo que los mexicanos salieran en masa a votar, hoy no hemos visto este efecto y parece que no lo veremos en el 2024.
Pero más allá de análisis y especulaciones lo que sí tenemos como cierto es que al día de hoy, 9 de junio de 2023, Morena y sus “aliados oficialistas” gobiernan en 23 estados de la República Mexicana, que el PAN es la segunda fuerza gubernamental al ser la autoridad en cinco entidades, que el antiguo “partidazo” el PRI tiene el gobierno en sólo dos estados (por cierto más por una lógica de liderazgos y fuerza regional como la de Riquelme –gobernador de Coahuila– o los Moreira, más que por el partido) y Movimiento Ciudadano tiene dos gobiernos estatales, mismo número del PRI, aunque en estados “más importantes” como lo son Jalisco y Nuevo León.
También lo que tenemos como “cierto” es que en las encuesta actuales (que siguen siendo la mejor y tal vez única forma de medir la opinión pública) dan a Morena una clara ventaja en la “carrera” por la presidencia del próximo año, en este tema hay que decir también que los encuestadores estamos reflexionando, como gremio y en lo particular varios de nosotros, que puede haber una sobreestimación a favor de Morena en nuestros estudios, es decir que la ventaja puede no ser tan grande, debido tal vez a que hay una posible opinión pública inflada por el partido en el gobierno y su máximo representante, el presidente López Obrador; pero que aun así la ventaja es tan amplia que por mucha sobreestimación que haya, es claro que la fuerza en el gobierno federal tiene una ventaja en este momento.
Lo otro a tomar en cuenta es que estamos a 360 días de la fecha de la elección (2 de junio de 2024), y que de hoy a esa fecha muchas cosas pueden pasar, el tiempo cuenta, la coyuntura cuenta, las campañas influyen, los escándalos y estrategias políticas afectan al electorado.
Las acciones comunicativas de un lado y del otro influirán en el desarrollo electoral y una cosa es lo que pasa en la lógica federal, y otra lo que pase en las lógicas locales, la política es local, no lo olvide, y sostengo que los partidos políticos se han vuelto fuerzas regionales.
Por eso le invito a estar muy atento de lo que pase de aquí al día de la elección, veamos números, veamos lo que pase, analicemos coyunturas, estemos atentos de lo que pasa a nivel nacional y local y, sobre todo, involucrémonos en la elección y en la política, que si bien tienen una muy mala imagen, es en esos espacios donde el poder se elige, y donde debemos participar para escoger a nuestros líderes y defender el modelo que queremos a cargo del país, estados o municipios, y después de las elecciones, seguir participando.