Cecy Rendón
Muchos negocios se enfrentan a la gran pregunta en estos momentos: ¿endeudarse para seguir a flote lo que resta de la pandemia y los meses posteriores o decidir cerrar y reducir las pérdidas? La respuesta no es fácil, no hay una fórmula universal para tomar esta decisión. Lo que sí se puede hacer es un análisis de factores que te ayude a tomar la mejor decisión posible.
¿Tu negocio se verá afectado en meses posteriores? Todos los giros que dependían de grandes números de personas y de espacios relativamente reducidos, se verán seriamente afectados en meses posteriores. Ejemplo: cines, conciertos, conferencias, cursos, escuelas.
Si es tu caso, en tu análisis financiero deberás tomar en cuenta que el rebote será mucho más lento que otras industrias.
¿Tu negocio puede girar temporal o permanentemente a un formato en línea o a domicilio? Si la respuesta es ‘sí’, ese esquema te podrá dar un ingreso para subsistir mientras las cosas se recuperan. Si la respuesta es ‘no’, ten cuidado.
¿Tu negocio ofrece servicios básicos?
Más allá de la comida, que todos sabemos es un servicio de primera necesidad, existen otras industrias que siempre serán requeridas. Peluquerías, cosméticos, salud, belleza, moda e industrias similares, aunque temporalmente se han visto afectadas, son industrias que la gente siempre buscará. Si es tu caso, considera una curva de recuperación relativamente rápida.
¿Cuánto tiempo tardarías en pagar el crédito? Si estás pensando en pedir un crédito, el análisis del tiempo que te tomaría pagarlo, no se debe de hacer pensando en los números (ingresos, ventas y utilidades) que tenías antes de la pandemia, sino considerando una curva de recuperación de al menos seis meses. Si con esa curva te es factible pagar el crédito, adelante; si no, piensa un plan alternativo para generar ingresos.
¿Cuál es tu costo de oportunidad? Si decides tomar la drástica decisión de cerrar tu negocio, por miedo a los gastos y pérdidas mensuales, considera que aún cerrándolo tendrás gastos y pérdidas. Vivir cuesta dinero y deberás buscar un trabajo o abrir otro negocio para seguir manteniendo tus gastos. Ambas situaciones son muy complicadas en estos momentos, así que ten cuidado porque te puede salir más caro “el caldo que las albóndigas”, como dicen por ahí.
Personalmente, creo que todos los emprendedores de México y del mundo deberían de aguantar lo más posible antes de cerrar sus negocios. Sí, hay momentos en que parece que ya no se puede más, pero en la mayoría de los casos es mucho más caro, financieramente y emocionalmente, decidir cerrar.
Si ya lograste llegar a este punto, tienes la capacidad de aguantar un poco más y no perder todo el tiempo, dinero y esfuerzo que le has invertido a tu negocio. Créeme, eres mucho más fuerte de lo que piensas, y eres capaz de salir adelante.