Al pie de la letra
Rodolfo Rivera Pacheco [email protected] [email protected] twitter: @rodolforiverapfacebook: Juan Rodolfo Rivera Pacheco www.beapmexico.org
Estamos en ese período absurdo que el INE cataloga como “precampaña”, en el que los “precandidatos” de los distintos partidos o alianzas buscan “posicionarse” entre los simpatizantes de sus propias filas, pero “sin solicitar el voto”. Una payasada, pues.
Si ya las tres opciones partidistas existentes tienen a su abanderado (a) como producto de sus respectivos procesos internos, no veo el sentido de que a este periodo se le denomine “precampaña”, si todos absolutamente sabemos que ellos serán los candidatos.
Además es una tontería que la publicidad sólo vaya dirigida a los “simpatizantes y miembros” de cada partido. ¿Qué los demás, que no son o no simpatizan con el partido respectivo, no escuchan o se tapan los ojos cada vez que hay un anuncio de uno de los aspirantes?
Urge una reforma electoral que elimine estos contrasentidos, autorice las elecciones primarias en cada partido y permita que los aspirantes realicen el proselitismo que quieran (sin que quienes sean funcionarios gubernamentales hagan uso de recursos públicos, desde luego).
De todos modos lo hacen mediante artimañas legales para “no violar la normatividad electoral” (todos vimos espectaculares anunciando libros o entrevistas de revistas, cuyo único objetivo era promover el nombre de un aspirante).
¿Para qué tanto ingenio y no contravenir las tontas restricciones del INE, si se pueden hacer campañas naturales, como en cualquier país democrático del mundo?
Pero, bueno, esto es lo que tenemos. Y esta primera semana de precampaña para la Presidencia de la República se la llevó el candidato (¿o precandidato?) de Movimiento Ciudadano, Samuel García.
Acompañado de su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, ha subido muy creativos y bien diseñados spots y mensajes en redes sociales, que la verdad son mucho mejores que los aburridores rollos de Claudia Sheinbaum y los poco entusiastas anuncios de Xóchitl Gálvez.
La verdad es que las dos precandidatas –de PRI-PAN-PRD y de Morena-PT-PVEM– no logran conectar mucho con un electorado cada vez más decepcionado y harto de los políticos tradicionales y fácil de despertar interés con una propuesta diferente, de jóvenes y con mensajes sencillos.
Hay unos 26 millones de electores de entre 18 y 29 años de edad en el padrón electoral de México.
Y este grupo sociodemográfico es ávido consumidor de redes sociales (Facebook, Instagram y tik tok).
Son los que escuchan su música en sus celulares a través de Spotify y ya no oyen radio; son los que ya no ven canales de televisión abierta, sino series y películas en aplicaciones; son los que escuchan corridos “bélicos” (o como se llamen) y no se cansan de ver memes y videos cortos de Luisito Comunica, de consejos de belleza, de Escorpión Dorado, de “Las perdidas” o de… Mariana Rodríguez.
A ese público están llegando Samuel García y su esposa, quienes sin ser un portento de inteligencia caen bien a ese electorado que ya no soporta los largos discursos y propuestas de campaña que jamás cumple nadie.
Con una simple frase tonta de sus tenis “fosfo, fosfo”, Mariana Rodríguez conquistó a los votantes de Nuevo León (el estado más rico del país) en 2021 y ahora retoma la idea y aparece con ellos junto a su esposo, quien con ese tonito (medio pesadito) de norteño, invita a sumarse a su movimiento. Simple, para un público poco acostumbrado a razonar.
Aclaro: seguramente Samuel García no ganará la elección presidencial en 2024. Seguramente le alcanza a Morena y su candidata (tan poco carismática, pero con buena marca aún) para ganar la Presidencia.
Desde luego que Xóchitl Gálvez no ganará, pero MC bien puede mandar al PRI-PAN-PRD al tercer lugar y convertirse en la opción que vaya creciendo para la elección de 2027 y desde luego para 2030, con Samuel García o con Luis Donaldo Colosio o… Mariana Rodríguez.
Esto, cuando haya hartazgo de Morena y sus liderazgos se peleen todos contra todos por las candidaturas, ya sin su líder moral López Obrador.
Acuérdense.
Es lo que hay. Puuff.