Por: Manuel Martínez Benítez / @manuelmtzb
Hace unos días, el INEGI dio a conocer una encuesta telefónica realizada a las empresas en el país para conocer el impacto que perciben por esta crisis de salud y social que vivimos por el COVID-19.
Esta encuesta es la segunda que realiza el INEGI en ese sentido. La primera fue realizada en abril de 2020 y dada a conocer en julio; en ella se mostraba una difícil circunstancia que vivían las empresas en ese momento. La segunda medición fue levantada en agosto de este año y dada a conocer hace unos días con datos “interesantes” y muy preocupantes; pero se los muestro a ustedes y veamos qué opinan. (Ver gráfica 1)
El 79.2% de las empresas reportaba que se habían disminuido sus ingresos, la mitad (51.2%) declaró que había bajado la demanda de sus productos y 22.8% había tenido escasez de productos para su producción.
También hay que decir que la percepción ha “mejorado” desde lo que se registraba en abril, pero lo que muestran los datos es que sigue una muy mala perspectiva de lo que viven las empresas. Otro dato que destaca y resulta preocupante es que, como era de esperarse, la pandemia no afecta de la misma forma a todas las empresas: mientras que a nivel nacional el 79.2% de los negocios dice que la principal afectación es la de la disminución de ingresos.
Si esta variable la vemos por tamaño de negocio, las empresas grandes declararon una afectación del 11.9%, mientras que las Pymes lo señalaron en un 73.7%, mientras que las microempresas se ven afectadas en este rubro en un 80.3%. Esta gran variación deja claro que es muy diferente la forma como se vive la pandemia en cada tipo de los diferentes negocios que hay en el país. (Ver gráfica 2)
El mismo efecto se ve en las otras variables, y estos datos nos llaman a la primera reflexión, ¿qué es lo que deberán hacer las micros y pequeñas empresas (que son la inmensa mayoría de negocios en el país) para sobrevivir este difícil peregrinar?, ¿quiénes sobrevivirán a esto?, ¿qué es lo que más falta les hace? Dada esta reflexión, debemos ver también esta gráfica de la encuesta, que mide la percepción que tienen las empresas de cuánto tiempo podrán seguir operando con el mismo nivel de ingresos que tienen, y los resultados son muy malos para las pequeñas empresas. (Ver gráfica 3)
Un 51.2% de empresas grandes declaran que puede aguantar este “ritmo” por 12 meses o más. Mientras, en las empresas pequeñas o medianas, casi la mitad –47.9%– dice que podrá sobrevivir con esos ingresos de 3 a 12 meses, y las micros con la estimación de ese mismo periodo son el 46.6%; por cierto, un 16% de las microempresas dicen que aguantarán solo tres meses o menos.
Lo anterior nos deja claro el horizonte de tiempo que los negocios del país podrán sobrevivir y la enorme necesidad de que el gobierno ayude de forma inmediata a que la situación mejore drásticamente en próximos meses. Se requiere evitar la “muerte” de muchos negocios que son los que dan empleo y mantienen a flote la economía del país. Y digo que el gobierno debe de hacer algo por las empresas porque la principal necesidad que declaran es de apoyos fiscales (en un 61.3%), seguida por el aplazamiento de pagos, créditos o cobro de servicios en un 40.6% y la transferencia de efectivo en un 34.4%.
También piden nuevos créditos 30.2 de cada 100. Por cierto, estas cuatro acciones ya han sido puestas en marcha en muchos otros países con buenos resultados, y hablamos de países desarrollados como Estados Unidos, Alemania o España, pero también en naciones “en vías de desarrollo” como Argentina, República Checa o diferentes países asiáticos. (Ver gráfica 4)
A partir de este análisis, es muy importante que el Estado mexicano ponga manos a la obra y trabaje de la mano del empresariado para que todos salgamos adelante, llevemos al país a salvar a sus empresas, a mantener los empleos y poco a poco lograr una recuperación económica que tanta falta hace, después de un año en el que tendremos una caída en el rubro económico entre 9% o 10%.