Dr. José Manuel Nieto Jalil / Director del Departamento Regional de Ciencias en la Región Centro-Sur Tecnológico de Monterrey Campus Puebla
Los insectos son uno de los grupos de organismos más antiguos que existen en la Tierra. Además, son los que tienen mayor diversidad de especies en la actualidad, lo que demuestra su asombrosa capacidad de adaptación y supervivencia en comparación con otras formas de vida animal.
Diversas evidencias indican que los insectos han estado presentes desde el Devónico, hace aproximadamente 360 a 400 millones de años. Esto los sitúa antes de la era de los grandes dinosaurios y los hace tan antiguos como las plantas helechos y pinos. Los insectos ocupan nichos importantes que regulan los flujos de materia y energía en los ecosistemas terrestres.
Desempeñan un papel fundamental en la mayoría de los procesos ecológicos, así como en una gran cantidad de lagos y cursos de agua.
Su participación es crucial para el reciclaje de 20% de la biomasa vegetal de la Tierra, son los principales descomponedores de cadáveres animales y excrementos. Más del 60% de las plantas dependen de los insectos polinizadores.
Desde los primeros días de la humanidad, estos organismos han sido parte integral de la alimentación, la salud y la cultura de la humanidad.
Se estima que sólo se ha identificado y descrito alrededor del 10% de las especies existentes Hay millones de organismos, desde microorganismos hasta plantas y animales, que aún esperan ser reconocidos y estudiados.
La biodiversidad oculta en nuestro propio planeta es una fuente inagotable de inspiración, conocimiento y potencial.
Cada especie desconocida representa una historia evolutiva única y valiosa, así como un posible recurso para la medicina, la agricultura, la tecnología y más.
Los insectos desempeñan un papel crucial en las redes alimentarias al ocupar diversos niveles tróficos. Al ser una fuente de alimento para numerosas especies, incluyendo micromamíferos, lagartijas, serpientes y pájaros, su disminución puede tener efectos negativos en toda la cadena alimentaria, afectando a los niveles superiores de la misma.
Muchas especies, como abejas y mariposas, son polinizadores clave en numerosas plantas para reproducirse y producir frutos y semillas. La disminución de los polinizadores amenaza la reproducción de estas plantas y puede tener un impacto negativo en la producción de alimentos y la diversidad vegetal.
La disminución de los insectos puede tener efectos indirectos en los ecosistemas en su conjunto. Por ejemplo, el aumento de las plagas agrícolas, ya que los insectos depredadores y parasitoides controlan naturalmente a las plagas. Esto puede llevar al aumento en el uso de pesticidas químicos, que a su vez agrava la disminución de los insectos.
El biomimetismo, una disciplina que busca imitar o inspirarse en la naturaleza para resolver problemas y desarrollar nuevas tecnologías, ha encontrado en los insectos una fuente rica de ideas y soluciones.
Las colmenas de abejas, por ejemplo, han sido estudiadas y replicadas para diseñar estructuras eficientes de almacenamiento y distribución. Las telas de araña, reconocidas por su resistencia y flexibilidad, han inspirado el desarrollo de materiales sintéticos con propiedades similares. Los termiteros, con su capacidad de mantener una temperatura constante y regulada a pesar de las fluctuaciones externas, han llevado al desarrollo de sistemas de climatización y ventilación eficientes en arquitectura e ingeniería.
La supervivencia del ser humano depende intrínsecamente de los servicios ecosistémicos que los insectos proporcionan. Si los insectos desaparecieran, los ecosistemas se desequilibrarían, las cadenas alimentarias se colapsarían y nuestra propia existencia se vería amenazada.
El futuro de nuestro planeta y de las futuras generaciones depende de la conservación de los insectos. Debemos promover acciones individuales y colectivas para preservar la diversidad y su vital función en los ecosistemas.
Los insectos forman parte de la medicina tradicional desde hace miles de años. Por ejemplo, las larvas de mosca se utilizan para limpiar tejido muerto en heridas, y productos derivados de la abeja, como el propóleo, la jalea real y la miel se utilizan para curar.
El producto que se obtiene del gusano de seda lleva siglos utilizándose como un tejido suave, aunque extremadamente resistente y duradero.
En1982 Terry Erwin, entomólogo de la Institución Smithsonian, estimó que en el mundo debía de haber 30 millones de especies. Hoy, esa cifra le resulta muy conservadora, sabemos que en una hectárea de la selva hay 100 mil especies de insectos y parientes, y unos 320 mil millones de individuos. Sólo en la cuenca del Amazonas hay l7 mil millones de hectáreas y 450 tipos de bosques, basados en diferentes árboles, así que, ¿cuántas especies hay? Millones de millones de millones y sin contar con la selva del Congo, de Borneo, de Australia y todo lo demás.
Los insectos se utilizan como medio para poder alcanzar numerosos descubrimientos. Su simplicidad y parecido genético con nuestra especie los convierten en herramienta fundamental para los científicos. Incluso pueden ayudarnos a saber cómo va a evolucionar un tumor y, eventualmente, servir como dianas terapéuticas.
La destrucción de hábitats, la introducción de especies invasoras, la polución, el crecimiento descontrolado de población y la caza y la pesca excesivas están dirigidas a destruir la naturaleza. Si seguimos así, a finales de siglo la mitad de las especies de plantas, animales e insectos estarán en peligro de extinción y provocaríamos la sexta gran extinción.
Los insectos son la base de los ecosistemas y las criaturas más diversas y exitosas del planeta.
Sin ellos, el hombre desaparecería de la Tierra en poco tiempo.