Por: Alejandro Cañedo Priesca
San Petersburgo es la gran ciudad imperial rusa, heredera de las tradiciones que le dieron contenido a muchas novelas de los autores clásicos, como Tolstoi o Dostoievski, y que ahora con una pujante modernidad se ha convertido en un punto de referencia turística y comercial de Rusia.
La ciudad fue fundada por el zar Pedro El Grande a principios del siglo XVIII, con la intención de ser el puente de comunicación de Rusia con el mundo occidental.
Ubicada en la desembocadura del río Neva, a San Petersburgo se le conoce también como la Venecia del norte por los canales que cruzan la ciudad.
San Petersburgo fue construida sobre lo que eran más de cien islas formadas por ríos y arroyos en la desembocadura de este río, que divide la ciudad en dos: la orilla sur puede recordar a los viajeros que se parece a Ámsterdam y la parte norte, integrada por un conjunto de islas.
Entre los puntos a visitar está la Catedral de los Santos Pedro y Pablo, en donde se encuentran las tumbas de los zares, incluido el último, Nicolás II; Campo Marte con una llama eterna y que es un monumento en recuerdo de las guerras; la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada con sus cúpulas coloridas en forma de cebolla; el teatro Mariinsky, y uno de los museos más impresionantes del mundo, El Hermitage, que es un conjunto de edificios, entre los que destaca el Palacio de Invierno. Este museo se caracteriza por ser una de las mayores pinacotecas del mundo, cuyo acervo se enriqueció a través de los años por obras adquiridas por los zares.
Las noches blancas son un periodo entre mayo y finales de julio en las que la ciudad tiene luz diurna durante casi 24 horas, lo que permite tener actividades culturales que hacen de la ciudad el centro más activo de Rusia desde la fundación misma de la ciudad.
A San Petersburgo se puede llegar en crucero, después de recorrer el báltico o en tren desde Moscú y también por avión, como parte de un recorrido por Rusia o sólo para visitar y disfrutar la ciudad.
La mejor fecha para visitarlo es en el verano, cuando la temperatura promedio es de 23 grados, a diferencia de los fríos de invierno que congelan los canales.
Viajemos juntos.