Manuel Martínez Benítez / @manuelmtzb
Este jueves primero de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su cuarto informe (anual) de labores, y hago énfasis en el tema anual, porque el Ejecutivo ha intentado instaurar un modelo de reportes trimestrales, lo que hace difícil que sigamos la cuenta de cuántas veces ha presentado uno de ellos.
Creo que este es un buen pretexto para hacer un recuento de algunos datos que nos llevan a por lo menos describir la realidad que vivimos, ya que si bien los números como tal son “fríos”, nos reflejan una realidad muy dura, en todos los sentidos, para la sociedad mexicana.
Comencemos con un dato que nos habla del ánimo social con respecto al presidente, y es uno de los datos más comentados en los últimos días, el de la aprobación gubernamental.
Según Oraculus, una página web que lo que hace es tomar todas las encuestas publicadas con respecto al tema de la aprobación del presidente, y basado en un algoritmo, saca un promedio de éstas, para conocer, basado en esta información, un dato único.
Oraculus reporta que la aprobación promedio del presidente se sitúa en el 61%, mientras que su desaprobación es del 34%. Es decir, y redondeando números, que dos terceras partes de la población adulta del país aprueban la labor del presidente, mientras que una tercera parte la reprueba.
Y aquí comienza un poco la discusión con muchos, ya que, para cierto segmento de la población, con todas las personas que habla están a favor o en contra totalmente del presidente, y esto le lleva a “desconfiar” de los datos.
Primero déjeme decirle que este es un promedio de encuestas, en donde algunas le dan una aprobación del 54% y otras del 72%, y también permítame decirle que una encuesta es un instrumento de ciencia social que está basado en metodologías y que representa a toda la sociedad y que la “muestrea”, y es que ese es el problema cuando hablamos con nuestros círculos sociales o familiares, estos representan a una parte de la sociedad, no al conjunto, y para conocer la opinión universal, hacen falta instrumentos como estos.
Un dato interesante también es la comparación que presenta esta misma página con respecto a qué aprobación guardaban los pasados cuatro presidentes a estas alturas de sus respectivos gobiernos (44 meses), y encontramos que quien tiene una mayor aprobación ciudadana es López Obrador, seguido por Ernesto Zedillo con 59% (por cierto, fue el único presidente de estos cinco mencionados que comenzó con una baja aprobación y fue subiéndola mientras se desarrollaba su gobierno).
En tercer lugar se encuentra Felipe Calderón, quien al llegar a su cuarto informe tenía 58%, Fox tenía en ese momento de su gestión una aprobación de 54% y Peña Nieto ya venía en una importante caída, situándose en un dato de 25% de apoyo a esas alturas.
Observando estos datos podríamos pensar que el presidente tiene un gobierno fuerte y que resuelve, pero al estudiar las encuestas con mayor detenimiento y viendo “otros datos” podemos observar que la población en general califica mal el desempeño del gobierno en muchas materias.
Y entonces surge la pregunta: ¿por qué la aprobación del presidente es tan alta? Y una posible respuesta sea que la población ve un mal gobierno o que no resuelve las necesidades más sentidas, pero considera que no es culpa del presidente o separa en su opinión al ente gubernamental y a la figura del presidente; es, digamos, un “me gusta lo que dice y como actúa, aunque las cosas no están bien en México”.
Y por qué le digo esto, porque, por ejemplo, en varias encuestas la población piensa que el principal problema del país es la inseguridad (y eso ha sido así durante años) alcanzando números del 50%, seguido por la complicada situación económica, que han venido creciendo en percepción en los últimos meses.
Pero al ver cómo califica la labor del gobierno federal en materia de seguridad pública, alrededor de 30% de la gente la ubica con buen o muy buen desempeño, mientras que de 55% a 56% de la población considera la labor como mala o muy mala.
En cuanto a la economía, si bien los datos en el pasado estaban muy parejos entre calificaciones positivas y negativas, desde hace cinco meses el dato se separó, para ubicarse en alrededor de 50% las personas que califican mal o muy mal la labor del gobierno federal en esta materia, mientas que 33% lo considera como bueno o muy bueno.
Sin embargo, le reitero, la gente está calificando mal al gobierno federal, en estos y otros rubros, pero no se traslada a una desaprobación del presidente, es digamos una disociación del “ente” gubernamental y su mal trabajo, a una imagen separada e individual del presidente López Obrador, y creo que esto lo ha conseguido gracias a su enorme (y efectiva) política de comunicación, donde él habla de los temas que la gente quiere escuchar y siente como propios, en un tono que le gusta y hace sentido a las personas; y siempre manteniendo “enojada” a la población (con razón) con los actores del pasado por muchos excesos y errores.
Estos son los datos blandos, los del “ánimo social”, pero hay otros indicadores que debemos ver, y que nos ayudan a entender la realidad que estamos viviendo, se los muestro a continuación con sus fuentes para que usted mismo analice.
- Crecimiento económico: 1.9% (segundo trimestre 2022, Inegi).
- Inflación: 8.62% (agosto 2022, Inegi-Banxico).
- Porcentaje de desempleo: 3.4% (julio 2022, Inegi).
- Porcentaje de población en pobreza laboral: 38.3% (julio 2022, Coneval).
- Porcentaje de población en pobreza: 43.9% (2020, Coneval).
- Porcentaje de población en pobreza extrema: 8.5% (2020, Coneval).
- Porcentaje de población económicamente activa en informalidad: 51.7% (segundo trimestre 2022, Inegi).
- Homicidios dolosos cometidos en el país: más de 20 mil 400 (hasta la fecha durante el 2022).
- Homicidios dolosos cometidos en el país: más de 135 mil 500 (hasta la fecha durante este sexenio).
- Muertes por COVID-19: 329 mil 494 (Secretaría de Salud, agosto 2022).
Al final revisando todos los datos, podemos tener una idea, al menos general, de que la economía y la seguridad, así como el país, no están en un buen momento, sin embargo, también es claro que una importante parte de la población no culpa o no reprueba por esto al presidente, y las preguntas que dejan todos estos datos son ¿entonces quién es el culpable de esta realidad?, ¿el presidente de qué es responsable?, la oposición (si la hay), ¿qué papel ha jugado en todo esto?, ¿hacia dónde va México?, ¿qué nos espera en el futuro?, y tal vez la más importante sería ¿qué debemos hacer todos como sociedad para mejorar el país?
Todas son preguntas que debemos hacernos cada uno de nosotros, y que tal vez son interrogantes que deberíamos discutir en casa y con nuestros círculos sociales, para tal vez con esto elevar la discusión política del país, que francamente está en muy bajo nivel actualmente.
Los invito a analizar más datos para conocer y reflexionar sobre nuestra realidad, la información y datos validados nos ayudarán a ponerle una dimensión a las cosas, y el monitoreo de esta información nos llevará a estar informados y al final a involucrarnos en el rumbo del país.