Por: Antonio Peniche García
La complejidad del mundo en el que habitamos y enfrentamos los seres humanos en estos últimos tiempos se ha revelado como uno de los factores “sine qua non” para entender el gran reto del DESARROLLO. De acuerdo con diferentes definiciones, la palabra DESARROLLO es considerada un sinónimo de evolución y se refiere al proceso de cambio y crecimiento relacionado con una situación, individuo u objeto determinado.
El concepto es muy amplio. Al referirnos al DESARROLLO HUMANO como eje central del Desarrollo y con el fin de buscar comprenderlo con una mayor profundidad y claridad, creo debemos referirnos antes a la HOMINIZACIÓN. Este proceso, que comenzó, según los científicos, hace unos quince millones de años se define como el conjunto de etapas que componen el desarrollo evolutivo de la especie humana, abarcando desde los cambios iniciales que se suscitaron en los primeros especímenes del género HOMO hasta el ser humano de la actualidad, conocido como Homo Sapiens. Se considera que los 4 grandes factores que produjeron la HOMINIZACIÓN fueron:
- El cambio de dieta.
- El aumento del volumen del cráneo.
- La mayor eficacia como cazadores.
- El desarrollo del lenguaje.
Para el gran sociólogo francés Edgar MORIN, la prosecución de la hominización debería impulsar un “nuevo nacimiento del hombre”.
El primer nacimiento fue el de los comienzos de la hominización. El segundo, fue aportado por la emergencia del lenguaje y la cultura, probablemente desde el Homo Erectus.
El tercero fue el del Homo Sapiens y la sociedad arcaica.
El cuarto, el del nacimiento de la historia, incluyendo simultáneamente los nacimientos de la agricultura, la ganadería, la ciudad y el estado.
El quinto nacimiento, según MORIN, posible pero no probable todavía, sería el nacimiento de la HUMANIDAD, que nos haría abandonar la edad de hierro planetaria, la prehistoria del espíritu humano, que civilizaría la Tierra y vería el nacimiento de la sociedad/comunidad planetaria de los individuos, las etnias, las naciones… “…Abandonar la edad de hierro planetaria, la prehistoria del espíritu humano” …el sarcasmo de Edgar MORIN se hace más que evidente en este par de frases. Basta voltear y observar las SHANE ROUNCE / UNSPLASH grandes inequidades existentes en el planeta.
Tema abordado en algunas de mis anteriores entregas (“Globalización y Conocimiento 1ª, 2ª y 3ª parte”; “Equidad o Eficiencia”). Siguiendo con una cita del sociólogo francés: “La prosecución de la hominización debe concebirse como el desarrollo de nuestras potencialidades psíquicas, espirituales, éticas, culturales y sociales”. El cuestionamiento central de MORIN va en el sentido de humanizar más al hombre. Gracias al enfoque materialista del DESARROLLO, se han logrado avances espectaculares en muchos y diversos ámbitos.
El avance monumental de la ciencia, la tecnología, la medicina, están a la vista. ¿Pero acaso su “desarrollo” ha sido siempre para beneficio de la humanidad? Un sticker enviado hace unos días por un amigo expresa muy bien parte de esta cuestión: “Creer que la industria farmacéutica lucha contra las enfermedades es como creer que los fabricantes de armas luchan por la paz”.
El verdadero DESARROLLO debe considerarse, en primer lugar, como DESARROLLO HUMANO y abordarlo de manera antropológica. El SER HUMANO debería de estar en el centro de las políticas de todo tipo. Económicas, sociales, urbanas, democráticas, empresariales…con el fin de SER más HUMANOS.
Jean Marie PELT, biólogo, botánico, farmacólogo francés; pionero de la “Ecología Urbana” y autor del libro “El humano re-naturalizado” afirma que “debemos sacar la noción de desarrollo de su “ganga economista” y “no debemos reducir ya el DESARROLLO al crecimiento, lo cual se ha convertido en una excrecencia”. El principio inequívoco del DESARROLLO es su cambiante naturaleza. No se puede dar por hecho que un tipo o forma de desarrollo tenga una certidumbre absoluta. Ningún tipo de desarrollo es para siempre.
Como toda materia o ser vivo, sufre el principio de degradación y debe continuar con su regeneración existencial.
De alguna manera, el debate, en muchos casos estéril, de pronunciarse por un tipo de bloque ideológico, afin de impulsar el desarrollo, ha evidenciado la falta de humanidad al no tener en cuenta su verdadero objetivo, el SER HUMANO. Hemos visto cómo se han generado, guerras, aniquilaciones, peleas solo por buscar imponer ideologías que buscan servir intereses particulares, pero no la verdadera razón de nuestra existencia.
Los habitantes de nuestro planeta, debemos de pensar en romper esquemas anquilosados; dejar apegos que solo provocan que nosotros mismos nos pongamos piedras en el camino y buscar entender, como lo dice MORIN, la MULTIDIMENSIONALIDAD de nuestra sociedad.
Y multidimensional debe ser la visión del DESARROLLO, estableciendo políticas globales e integrales; tomando conocimientos y aptitudes del amplio abanico de profesiones y oficios, buscando absorber la totalidad de los problemas humanos. Sin duda, esta visión multidimensional necesita de la ciencia y de la técnica, pero es imperante no anteponer lo técnico a lo global, a lo fundamental.
La ciencia debe eregirse como el principal instrumento para colocar la visión planetaria-global de nuestra Tierra-Gaia, cuidando que la especialización no destruya el sentido de la vida, las finalidades humanas. Como escribiera el poeta alemán Friederich HÖLDERLIN: “Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva”.